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Pillada (Bernard) (+18)
Cuanto tiempo había pasado? Me parecía que al menos tres o cuatro horas, estaba cansándome de dar vueltas y más vueltas entre las sábanas. Me sentía incómoda y con verdaderas ganas de salir a dar un paseo por el Castillo, eso no hubiera estado mal, si fuera más temprano, pero salir cerca de la una de la madrugada a pasear por el Castillo en penumbras no era una buena idea, no porque me diera miedo, ciertamente no le temía a nada, bueno nada que se encontrara dentro del castillo a aquellas horas... pero sí a que me atraparan paseando después de horas. Aunque nunca me habían castigado, la fama de Filch y del profesor Snape había llegado hasta mis oídos y tenía cierto miedo de ser castigada, sin contar que lo que menos quería era perder puntos para mi casa, con lo mucho que me esforzaba por conseguirlos durante las clases.
Giré mi posición en la cama, quedando boca arriba, suspiré, a donde había ido a parar mi sueño? Seguramente a las camas de mis compañeras, que dormían apaciblemente. Decidido! Necesitaba un paseo y un vaso de leche tibia para dormirme, bajé con sumo cuidado de la cama y tomé mis pantuflas en la mano. Caminé en puntillas hasta la salida de la sala común y allí me calcé, el piso de piedra estaba frío y había hecho que mi piel se erizara por completo; llevaba puesto mi camisón de seda blanco con tirantes, mi busto cubierto por el delicado encaje de la prenda y mis muslos cubiertos poco menos de la mitad, con una fina seda en el mismo tono. Pensé que lo mejor sería regresar a por un salto de cama, que tapara un poco más mi cuerpo, pero entonces acabaría despertando a alguien y mis planes se hubieran visto frustrados. Además, me dije, nadie va a encontrarme.
Llevaba quizá cuatro o cinco metros recorridos, desde la entrada de mi casa, cuando me pareció estar siendo observada, sacudí la cabeza, seguro eran imaginaciones mías o alguno de los retratos estaba despierto y estaba aprovechando a observarme. Solo para no tropezar con nada ni nadie, conjuré un leve lumus y continué mi camino, bastante nerviosa.
Giré mi posición en la cama, quedando boca arriba, suspiré, a donde había ido a parar mi sueño? Seguramente a las camas de mis compañeras, que dormían apaciblemente. Decidido! Necesitaba un paseo y un vaso de leche tibia para dormirme, bajé con sumo cuidado de la cama y tomé mis pantuflas en la mano. Caminé en puntillas hasta la salida de la sala común y allí me calcé, el piso de piedra estaba frío y había hecho que mi piel se erizara por completo; llevaba puesto mi camisón de seda blanco con tirantes, mi busto cubierto por el delicado encaje de la prenda y mis muslos cubiertos poco menos de la mitad, con una fina seda en el mismo tono. Pensé que lo mejor sería regresar a por un salto de cama, que tapara un poco más mi cuerpo, pero entonces acabaría despertando a alguien y mis planes se hubieran visto frustrados. Además, me dije, nadie va a encontrarme.
Llevaba quizá cuatro o cinco metros recorridos, desde la entrada de mi casa, cuando me pareció estar siendo observada, sacudí la cabeza, seguro eran imaginaciones mías o alguno de los retratos estaba despierto y estaba aprovechando a observarme. Solo para no tropezar con nada ni nadie, conjuré un leve lumus y continué mi camino, bastante nerviosa.
Última edición por Elizabeth Bennet el Sáb Abr 13, 2013 1:52 am, editado 1 vez
Elizabeth Bennet- Mensajes : 227
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Esa era la misma noche que se me había ocurrida la idea de salir del castillo, y no solamente del castillo si no de la zona cercana a este por lo menos de unos cien kilómetros a la redonda y ya estando tan alejado y habiendo llegado hasta un amplio bosque es ahí en ese lugar justamente donde yo había puesto en practica una vez mas aquellas interesantes y poco habituales practicas de alimentación que tenían los vampiros. Era claro que alguien como yo tenia la importante capacidad adquirida a través de los siglos de poder contener cualquier intento de sed cuando estuviera frente a humanos normales ya fueran simplemente muggles o magos, y en este caso para poder contener mi presencia frente esos grupos medianamente grandes de alumnos que yo tenia en clase debía de estar bien alimentado y obviamente no me refería a animales, si no a humanos en si, no pensaba que nadie se preocupara de la muerte de un grupo de cuatro personas de origen aparentemente muggle que se hallaban en pleno bosque a media noche y dispuestos a talar árboles de manera clandestina, eran de esos llamados talamontes, pero al final de todo hasta estaba ayudando al Primer Ministro Muggle al terminar con cuatro de estos tipos, y a cambio yo frenaría cualquier intento de sed por lo menos en un par de días.
Cuando regrese a Hogwarts y cruce el umbral de el castillo entrando hasta la división de un par de grandes y enormes escaleras que llevaban hasta las dos enormes torres del castillo, mi idea era en ese momento era tomar una de estas escaleras a no ser por que antes de hacerlo sentí la presencia de alguien por la zona, no tarde ni dos segundos en sentir un destello de luz procedente de la punta de una varita mágica iluminaba mis ojos de color oscuro, el dueño de dicha varita no era otro mas que el mismo profesor Snape quien solamente me pidió que revisara si en el camino hacia la Torre de Ravenclaw que era el único espacio sin revisar para ver que no hubiera un solo alumno despierto, mi respuesta para el fue simplemente asentir con un movimiento de mi cara mientras tomaba el camino hacia la Torre de Ravenclaw, eran ya pasadas de la una de la madrugada y estaba mas que claro que nadie debía de estar fuera de sus camas a esas horas, pues ni a los alumnos de séptimo curso se les aceptaba que salieran fuera de su sala común mas haya de las once de la noche
Todo mi camino por el castillo fue relativamente tranquilo por lo menos hasta mi llegada a la entrada de la sala común, estaba cerca de unos diez metros de distancia de la entrada cuando note que se abrió para darle paso a su salida de la sala común a una de las alumnas mas experimentadas de mi casa, tenia su varita en lo alto con un destello de luz y una vestimenta muy escasa que hacia notar su cuerpo muy revelador dejando muy en claro las formas que tenia su cuerpo por debajo de aquel casi transparente camisón, pero no era algo que a mi me importara, yo solamente moví mi varita en una forma un tanto lenta y sin pronunciar palabra alguna, pero que como resultado hizo que en menos de un segundo estuviera ella a un par de centímetros de mi y con su pies sin la posibilidad de poder moverlos, una de mis manos sobre uno de sus hombros y observando directamente a sus ojos de color verdoso – Acaso no sabes que nadie debe de salir de la Sala Común pasadas las doce de la noche, una actitud tan poco aceptable debería de incluir por lo menos cincuenta puntos menos y dos semanas de castigo señorita Bennet, así que espero tenga una importante excusa del por que no esta en este momento acostada en su cama fueron las unicas palabras que salieron de mi boca con un alto grado de severidad dentro de estas mismas
Cuando regrese a Hogwarts y cruce el umbral de el castillo entrando hasta la división de un par de grandes y enormes escaleras que llevaban hasta las dos enormes torres del castillo, mi idea era en ese momento era tomar una de estas escaleras a no ser por que antes de hacerlo sentí la presencia de alguien por la zona, no tarde ni dos segundos en sentir un destello de luz procedente de la punta de una varita mágica iluminaba mis ojos de color oscuro, el dueño de dicha varita no era otro mas que el mismo profesor Snape quien solamente me pidió que revisara si en el camino hacia la Torre de Ravenclaw que era el único espacio sin revisar para ver que no hubiera un solo alumno despierto, mi respuesta para el fue simplemente asentir con un movimiento de mi cara mientras tomaba el camino hacia la Torre de Ravenclaw, eran ya pasadas de la una de la madrugada y estaba mas que claro que nadie debía de estar fuera de sus camas a esas horas, pues ni a los alumnos de séptimo curso se les aceptaba que salieran fuera de su sala común mas haya de las once de la noche
Todo mi camino por el castillo fue relativamente tranquilo por lo menos hasta mi llegada a la entrada de la sala común, estaba cerca de unos diez metros de distancia de la entrada cuando note que se abrió para darle paso a su salida de la sala común a una de las alumnas mas experimentadas de mi casa, tenia su varita en lo alto con un destello de luz y una vestimenta muy escasa que hacia notar su cuerpo muy revelador dejando muy en claro las formas que tenia su cuerpo por debajo de aquel casi transparente camisón, pero no era algo que a mi me importara, yo solamente moví mi varita en una forma un tanto lenta y sin pronunciar palabra alguna, pero que como resultado hizo que en menos de un segundo estuviera ella a un par de centímetros de mi y con su pies sin la posibilidad de poder moverlos, una de mis manos sobre uno de sus hombros y observando directamente a sus ojos de color verdoso – Acaso no sabes que nadie debe de salir de la Sala Común pasadas las doce de la noche, una actitud tan poco aceptable debería de incluir por lo menos cincuenta puntos menos y dos semanas de castigo señorita Bennet, así que espero tenga una importante excusa del por que no esta en este momento acostada en su cama fueron las unicas palabras que salieron de mi boca con un alto grado de severidad dentro de estas mismas
Bernard Noir- Mensajes : 114
Re: Pillada (Bernard) (+18)
El sigilo quizá no era mi mejor virtud, o tal vez solo era que el silencio se estaba volviendo ensordecedor y mis pasos parecían resonar en el desierto pasillo. Hacía tiempo que no salía a hurtadillas de mi sala común pero no creía haberme sentido tan nerviosa antes. Para despejar mis miedos, pensé en ese vaso de leche calentito que me traería hasta la cama, con un previo paseo a la brillante luz de las estrellas, seguro podría ir hasta la torre de astronomía, quizá mi paseo sería un poco más largo de lo planificado pero a aquella hora ni profesores ni alumnos deberían andar vagando por los pasillos, así que nadie me encontraría, al fin y al cabo los profesores también debían de dormir.
Iba concentrada en mi paseo, mientras con mis manos cruzadas por delante de mi cuerpo frotaba con sutileza mis brazos, tratando de alejar el frío de mi piel. Cuando de pronto me sentí extrañamente movilizada, sorprendida por la rapidez del cambio me encontré de pie frente a mi profesor..., no pude seguir aquella línea de pensamientos, más bien con ninguna, de hecho dudaba que pudiera siquiera coordinar lo suficiente como para responderle. Él llevaba una camisa desprendida y dejaba a la vista sus fibrosos abdominales, maldije el hecho de que mi varita tuviera un lumus, podía ver claramente cada movimiento de sus músculos y tuve la intención de repasar cada uno de ellos con mis manos, con mis labios... Me obligué a levantar la vista, pero no sin antes recorrerle con la mirada. Cuando me fije en sus ojos él estaba mirándome fijamente, me quedé en blanco de inmediato, más aun cuando colocó una mano sobre mi hombro. Me percaté en ese instante al sentir el suave contacto de nuestras pieles que estaba yo con mi escasa vestimenta de cama y eso no hizo nada por alejar mis nervios.
Cuando comenzó a hablarme, noté en su tono seriedad y firmeza, me concentré en sus palabras y no en el hecho de la escasa distancia que nos separaba, pensé por unos instantes que estaba excedida de hormonas, usualmente no actuaba así o al menos no pensaba de esa forma.
Pensé en que responderle, pero no podía ni siquiera recordar para que había salido -Bueno, yendo al caso es tarde para que usted también esté de pie -elevé una de mis cejas, sintiendo como el calor llegaba a mis mejillas, no sabía porque había dicho eso, mis ojos seguían mirando los suyos y traté de pensar en que decirle, algo rápido y que fuera bueno o no me libraría del castigo -Sé las normas Bernard -y ahora a que venía que usara su nombre? Dejaría de reprocharme mentalmente que acabaría volviéndome loca -Pero no podía dormir -bien al menos recordaba porque había salido, ahora que lo pensaba bien sonaba terriblemente estúpido y definitivamente no me creería -Me siento mal profe -mentir? Odiaba mentir, pero aún más que me quitaran cincuenta puntos y me castigaran, aunque ciertamente un castigo con él no me disgustaría en absoluto. Bajé la mirada encontrándome con su fibroso y tonificado pecho, por Merlin! pensé, no era justo que estuviéramos tan cerca -Castigueme profesor si lo desea -hice una pausa bastante intencionada al medio- pero creo que es suficiente excusa el hecho de que saliera de mi cama en estas prendas -me señalé a mi misma- para ir a la enfermería -hice una pequeña mueca, ciertamente la enfermería quedaba en dirección contraria a la que yo me dirigía con anterioridad, pero probablemente él no se daría cuenta. De ser posible me hubiera sonreído mentalmente, ante lo que se me ocurrió en ese instante, aunque no pude moverme, pues parecía haber usado un hechizo que dejaba mis pies pegados al piso, me conformé con colocar mi mano en su pecho, su piel estaba fría, sus músculos se tensaron ante mi contacto y me obligué a mirarle nuevamente a los ojos y mantener mi mano quieta, aunque mi dedo pulgar se movía por su propia voluntad, caprichosamente en círculos suaves sobre su piel -Me siento mal profesor -susurré poniendo mi mejor cara de niña buena.
Iba concentrada en mi paseo, mientras con mis manos cruzadas por delante de mi cuerpo frotaba con sutileza mis brazos, tratando de alejar el frío de mi piel. Cuando de pronto me sentí extrañamente movilizada, sorprendida por la rapidez del cambio me encontré de pie frente a mi profesor..., no pude seguir aquella línea de pensamientos, más bien con ninguna, de hecho dudaba que pudiera siquiera coordinar lo suficiente como para responderle. Él llevaba una camisa desprendida y dejaba a la vista sus fibrosos abdominales, maldije el hecho de que mi varita tuviera un lumus, podía ver claramente cada movimiento de sus músculos y tuve la intención de repasar cada uno de ellos con mis manos, con mis labios... Me obligué a levantar la vista, pero no sin antes recorrerle con la mirada. Cuando me fije en sus ojos él estaba mirándome fijamente, me quedé en blanco de inmediato, más aun cuando colocó una mano sobre mi hombro. Me percaté en ese instante al sentir el suave contacto de nuestras pieles que estaba yo con mi escasa vestimenta de cama y eso no hizo nada por alejar mis nervios.
Cuando comenzó a hablarme, noté en su tono seriedad y firmeza, me concentré en sus palabras y no en el hecho de la escasa distancia que nos separaba, pensé por unos instantes que estaba excedida de hormonas, usualmente no actuaba así o al menos no pensaba de esa forma.
Pensé en que responderle, pero no podía ni siquiera recordar para que había salido -Bueno, yendo al caso es tarde para que usted también esté de pie -elevé una de mis cejas, sintiendo como el calor llegaba a mis mejillas, no sabía porque había dicho eso, mis ojos seguían mirando los suyos y traté de pensar en que decirle, algo rápido y que fuera bueno o no me libraría del castigo -Sé las normas Bernard -y ahora a que venía que usara su nombre? Dejaría de reprocharme mentalmente que acabaría volviéndome loca -Pero no podía dormir -bien al menos recordaba porque había salido, ahora que lo pensaba bien sonaba terriblemente estúpido y definitivamente no me creería -Me siento mal profe -mentir? Odiaba mentir, pero aún más que me quitaran cincuenta puntos y me castigaran, aunque ciertamente un castigo con él no me disgustaría en absoluto. Bajé la mirada encontrándome con su fibroso y tonificado pecho, por Merlin! pensé, no era justo que estuviéramos tan cerca -Castigueme profesor si lo desea -hice una pausa bastante intencionada al medio- pero creo que es suficiente excusa el hecho de que saliera de mi cama en estas prendas -me señalé a mi misma- para ir a la enfermería -hice una pequeña mueca, ciertamente la enfermería quedaba en dirección contraria a la que yo me dirigía con anterioridad, pero probablemente él no se daría cuenta. De ser posible me hubiera sonreído mentalmente, ante lo que se me ocurrió en ese instante, aunque no pude moverme, pues parecía haber usado un hechizo que dejaba mis pies pegados al piso, me conformé con colocar mi mano en su pecho, su piel estaba fría, sus músculos se tensaron ante mi contacto y me obligué a mirarle nuevamente a los ojos y mantener mi mano quieta, aunque mi dedo pulgar se movía por su propia voluntad, caprichosamente en círculos suaves sobre su piel -Me siento mal profesor -susurré poniendo mi mejor cara de niña buena.
Elizabeth Bennet- Mensajes : 227
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Si yo había sido aceptado por el director de la escuela para ser el nuevo profesor de Encantamientos y además de eso me habían dado el puesto de Jefe de la casa de Ravenclaw, por eso mismo es que yo estaba atendiendo en ese momento tal como me había pedido el profesor Snape que yo atendiera y revisara antes de irme a mi habitación que no hubiera nadie levantado a esas horas de la noche y estaba seguro que de lo ser por lo que había pasado a esas horas en ese lugar hubiera terminado en mi habitación como debía de ser, pero siempre debía de haber algún alumno o en este caso alumna que tuviera las ganas de romper esa regla en especifico, sabia que normalmente a los alumnos les gustaba esa idea de sentirse tan buenos que eran capaces de burlar todas la seguridad que había en el castillo y entrar a hurtadillas en la cocina para pedirle a los elfos domésticos algún tipo de aperitivo de media noche y después regresar con tranquilidad hasta la sala común y todo esto sin ser descubiertos
Esta ocasión era la primera que encontraba a alguien vagando fuera de las salas comunes y además a esas horas, por que de haberla encontrado a ella aunque fuera en la sala común despierta, pero dentro de la sala común simplemente el resultado hubiera sido muy distinto a ese, quizás solamente el de recordarle a ella que al siguiente día al amanecer tendríamos una clase y que ella debía de llegar a la hora debida a esta si es que no quería ser reprendida por mi en persona, pero el caso no era ese, el caso es que la había encontrado saliendo de la sala Común con muy poca ropa encima y tomando la escalera que llevaba hasta el recibidor de el castillo
Negué con la cabeza ante las primeras palabras de ella, jamás había sido una persona a la que le agradaran ese tipo de contestaciones por parte de nadie, además eso era mas bien una contestación que un Slytherin normal diría demostrando ese ego que les caracterizaba, pero que un Ravenclaw hablada así y con el Jefe de su Casa no solamente era totalmente lamentable, si no que a la vez también era algo por lo cual ella iba a ser castigada, principalmente y hasta el momento su castigo iba a ser por no saber ser respetuosa y por su exceso de egocentrismo al hablar de lo que ella decía que sabia de las normas, cuando en realidad yo podía notar y hasta asegurar que había un par de cosas de dichas normas que a mi me habían dicho al llegar y que ella no tenia la menor idea – Acaso cree señorita Bennet que esa es la manera de hablarle al Jefe de su casa – le pregunte a ella con un tono mucho mas duro en mis palabras mientras escuchaba esa débil y nada creíble razón que había puesto esa mujer en ese momento solamente para alegar y evitar un inminente castigo – No te vez mal, por mucho por tu apariencia en general podría ser un afecto gracias a estar tan desabrigada pero que esto se arreglaría sin problemas estando en los dormitorios y bien tapada – Mas que parecer una persona enferma por mucho parecía por la situación una estudiante con un alto problema de hormonas y que al estar en esa posición conmigo eso podría hacerse mas fuerte, pero ella debería de aguantar totalmente eso y mas con mi presencia – Esta vez te perdonare el punto de los puntos, no te los quitare, pero aun así estarás castigada durante un mes completo y mañana después de tu ultima clase tendrás que estar en mi Despacho – negué completamente ante las palabras de ella, aunque ella siguiera diciendo que estaba enferma yo todavía eso no me lo creía del todo o mejor dicho yo no pensaba que eso fuera cierto – Y si estas mala y te sientes mal por que no tomaste la escalera que lleva mas pronto a la Enfermería, no crees que es mas tardado si tomas este camino – Podía ser nuevo en el Castillo pero ya había estado en el hacia siglos y nada había cambiado en ese tiempo así que me conocía por eso el castillo como cualquiera que tuviera mas de veinte años impartiendo clases y se conociera el castillo a la perfección – Entonces lo que quieres es ir a la Enfermería es eso, por que podría acompañarte, pero si no tienes nada y solo me estas mintiendo tu castigo será mucho peor
Esta ocasión era la primera que encontraba a alguien vagando fuera de las salas comunes y además a esas horas, por que de haberla encontrado a ella aunque fuera en la sala común despierta, pero dentro de la sala común simplemente el resultado hubiera sido muy distinto a ese, quizás solamente el de recordarle a ella que al siguiente día al amanecer tendríamos una clase y que ella debía de llegar a la hora debida a esta si es que no quería ser reprendida por mi en persona, pero el caso no era ese, el caso es que la había encontrado saliendo de la sala Común con muy poca ropa encima y tomando la escalera que llevaba hasta el recibidor de el castillo
Negué con la cabeza ante las primeras palabras de ella, jamás había sido una persona a la que le agradaran ese tipo de contestaciones por parte de nadie, además eso era mas bien una contestación que un Slytherin normal diría demostrando ese ego que les caracterizaba, pero que un Ravenclaw hablada así y con el Jefe de su Casa no solamente era totalmente lamentable, si no que a la vez también era algo por lo cual ella iba a ser castigada, principalmente y hasta el momento su castigo iba a ser por no saber ser respetuosa y por su exceso de egocentrismo al hablar de lo que ella decía que sabia de las normas, cuando en realidad yo podía notar y hasta asegurar que había un par de cosas de dichas normas que a mi me habían dicho al llegar y que ella no tenia la menor idea – Acaso cree señorita Bennet que esa es la manera de hablarle al Jefe de su casa – le pregunte a ella con un tono mucho mas duro en mis palabras mientras escuchaba esa débil y nada creíble razón que había puesto esa mujer en ese momento solamente para alegar y evitar un inminente castigo – No te vez mal, por mucho por tu apariencia en general podría ser un afecto gracias a estar tan desabrigada pero que esto se arreglaría sin problemas estando en los dormitorios y bien tapada – Mas que parecer una persona enferma por mucho parecía por la situación una estudiante con un alto problema de hormonas y que al estar en esa posición conmigo eso podría hacerse mas fuerte, pero ella debería de aguantar totalmente eso y mas con mi presencia – Esta vez te perdonare el punto de los puntos, no te los quitare, pero aun así estarás castigada durante un mes completo y mañana después de tu ultima clase tendrás que estar en mi Despacho – negué completamente ante las palabras de ella, aunque ella siguiera diciendo que estaba enferma yo todavía eso no me lo creía del todo o mejor dicho yo no pensaba que eso fuera cierto – Y si estas mala y te sientes mal por que no tomaste la escalera que lleva mas pronto a la Enfermería, no crees que es mas tardado si tomas este camino – Podía ser nuevo en el Castillo pero ya había estado en el hacia siglos y nada había cambiado en ese tiempo así que me conocía por eso el castillo como cualquiera que tuviera mas de veinte años impartiendo clases y se conociera el castillo a la perfección – Entonces lo que quieres es ir a la Enfermería es eso, por que podría acompañarte, pero si no tienes nada y solo me estas mintiendo tu castigo será mucho peor
Bernard Noir- Mensajes : 114
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Ni bien había pronunciado mis primeras palabras me había arrepentido, estaba claro, que era un mal comienzo para alguien a quien habían encontrado en infracción, por eso cuando me respondió utilizando ese tono en particular, me quedé escuchándolo y luego asentí completamente sonrojada -Desde luego que no profesor, lo siento, discúlpeme -dije observándolo detenidamente con completa sinceridad, sabía que no debía responder así, pero entre la mala suerte de haber sido descubierta y el hecho de encontrarme tan cerca de un hombre así de guapo no controlé mis pensamientos, mucho menos mi lengua, ella generalmente se movía rápidamente y por voluntad propia.
No había buscado la mejor excusa del mundo, de hecho entre todas las posibles había cogido la más trillada, todo el mundo decía que se encontraba enfermo cuando le descubrían fuera de hora en los pasillos, hubiera querido regresar el tiempo atrás y buscarme una excusa mejor, pero como solían decir "ya que estaba en el baile, a bailar!", no iba a echar para atrás aunque eso hubiera sido lo más sensato en ese momento. Evidentemente no tenía aspecto de enferma, pues me sentía de maravilla, más aún en presencia de él, a pesar de la situación, así que con amabilidad, alegué -Profe antes de que usted me encontrará aquí yo estaba en mi cama, tapadita y calentita por las mantas y sin embargo me sentía mal igualmente -no quité mi vista de él, parte de lo que había dicho era cierto y eso me daba cierta seguridad para sostenerle la mirada; no era el tipo de mujer sumisa, así que no solía desviar la mirada a menos que fuera realmente fuerte para mi. Por más retorcido que pareciese estaba convenciéndome a mi misma que lo que estaba diciendo era la verdad, sí había estado en mi cama, tapada y caliente; me había salido porque no lograba dormirme, lo que me hacía sentir mal o en su defecto afectaría el curso de mi clase al otro día -Pero ya que lo dice profesor -pasé mis manos por mis brazos frotándolos suavemente -Tengo frío -susurré, pensando que sería muy caballeroso de su parte rodearme con su brazo para darme calor.
Cuando dijo que me perdonaría los puntos de la casa le sonreí, era lo que más me preocupaba, si perdía puntos tendría que esforzarme muchísimo para recuperarlos y mis compañeros de casa me tendrían vigilada. -Un mes!? -me sorprendió la cantidad de días que me había dado solo por encontrarme en el pasillo; iba a reclamarle al respecto tratar de negociar el castigo arriesgando que me lo alargaran, pero entonces me percaté de que tener un mes de castigo a su lado, a pesar de lo que me solicitara que hiciera, sería más un privilegio, un obsequio que un castigo. Volví a decirle que me encontraba enferma, pero claro él no me creía. Su siguiente pregunta me tomó bastante desequilibrada, aunque había supuesto que no se daría cuenta lo había hecho; ciertamente el profesor de encantamientos, era inteligente y astuto, muy astuto, no debería estar... cómo llamarlo? jugando? Sea lo que fuere que estaba haciendo, debía dejar de hacerlo, pero ahora solo pensaba seguir adelante -Aaaahhh eeeehhh... -no tenía idea de que decir así que mi balbuceo parecía confirmar lo que el profesor decía, mojé mis labios con la punta de mi lengua, nerviosa, muy nerviosa y aclarando mi garganta me lancé a decir lo primero que pasara por mi mente -Verá profesor, tiene usted razón, el camino más cerca a la enfermería está por allí -señalé el pasillo con un cabeceo sutil, sin dejar de frotar mis brazos- peroooo, pero no estoy acostumbrada a ir sola! -verdaderamente improvisar no era lo mío -Entonces pensé... en ir a buscar a mi hermana, ella es Hufflepuff -parecía que eso cuadraba así que con bastante energía y vivacidad continué- como sabrá la Sala Común de Hufflepuff queda al lado de las cocinas en la dirección que yo había tomado -por que motivo mencionaba las cocinas? Esa era mi idea, haber ido a las cocinas, hice una mueca un tanto molesta conmigo misma y culminé la frase- pretendía pedir a mi hermana que me acompañase - ahí había acabado de inventar entonces me quedé en silencio, viéndole los contras a lo que acababa de decir, mientras escuchaba al profesor, en verdad no tenía nada, pero podría pensar en algo camino a la enfermería... lo que sí no podría hacer era explicar como pensaba avisar a Jane que me sentía mal, si solo los miembros de la casa sabían la contraseña.
Entonces para apagar la vivacidad de mis palabras, que demostraban que no tenía nada y evitar las siguientes preguntas, me llevé una de mis manos a la frente y la otra la puse sobre mi estómago dejándome caer de espaldas. Esto era lo más absurdo que había hecho en mi vida, simular que me desmayaba era una tontería, pero si el profesor no me cogía en el aire, acabaría teniendo una buena excusa para ir a la enfermería.
No había buscado la mejor excusa del mundo, de hecho entre todas las posibles había cogido la más trillada, todo el mundo decía que se encontraba enfermo cuando le descubrían fuera de hora en los pasillos, hubiera querido regresar el tiempo atrás y buscarme una excusa mejor, pero como solían decir "ya que estaba en el baile, a bailar!", no iba a echar para atrás aunque eso hubiera sido lo más sensato en ese momento. Evidentemente no tenía aspecto de enferma, pues me sentía de maravilla, más aún en presencia de él, a pesar de la situación, así que con amabilidad, alegué -Profe antes de que usted me encontrará aquí yo estaba en mi cama, tapadita y calentita por las mantas y sin embargo me sentía mal igualmente -no quité mi vista de él, parte de lo que había dicho era cierto y eso me daba cierta seguridad para sostenerle la mirada; no era el tipo de mujer sumisa, así que no solía desviar la mirada a menos que fuera realmente fuerte para mi. Por más retorcido que pareciese estaba convenciéndome a mi misma que lo que estaba diciendo era la verdad, sí había estado en mi cama, tapada y caliente; me había salido porque no lograba dormirme, lo que me hacía sentir mal o en su defecto afectaría el curso de mi clase al otro día -Pero ya que lo dice profesor -pasé mis manos por mis brazos frotándolos suavemente -Tengo frío -susurré, pensando que sería muy caballeroso de su parte rodearme con su brazo para darme calor.
Cuando dijo que me perdonaría los puntos de la casa le sonreí, era lo que más me preocupaba, si perdía puntos tendría que esforzarme muchísimo para recuperarlos y mis compañeros de casa me tendrían vigilada. -Un mes!? -me sorprendió la cantidad de días que me había dado solo por encontrarme en el pasillo; iba a reclamarle al respecto tratar de negociar el castigo arriesgando que me lo alargaran, pero entonces me percaté de que tener un mes de castigo a su lado, a pesar de lo que me solicitara que hiciera, sería más un privilegio, un obsequio que un castigo. Volví a decirle que me encontraba enferma, pero claro él no me creía. Su siguiente pregunta me tomó bastante desequilibrada, aunque había supuesto que no se daría cuenta lo había hecho; ciertamente el profesor de encantamientos, era inteligente y astuto, muy astuto, no debería estar... cómo llamarlo? jugando? Sea lo que fuere que estaba haciendo, debía dejar de hacerlo, pero ahora solo pensaba seguir adelante -Aaaahhh eeeehhh... -no tenía idea de que decir así que mi balbuceo parecía confirmar lo que el profesor decía, mojé mis labios con la punta de mi lengua, nerviosa, muy nerviosa y aclarando mi garganta me lancé a decir lo primero que pasara por mi mente -Verá profesor, tiene usted razón, el camino más cerca a la enfermería está por allí -señalé el pasillo con un cabeceo sutil, sin dejar de frotar mis brazos- peroooo, pero no estoy acostumbrada a ir sola! -verdaderamente improvisar no era lo mío -Entonces pensé... en ir a buscar a mi hermana, ella es Hufflepuff -parecía que eso cuadraba así que con bastante energía y vivacidad continué- como sabrá la Sala Común de Hufflepuff queda al lado de las cocinas en la dirección que yo había tomado -por que motivo mencionaba las cocinas? Esa era mi idea, haber ido a las cocinas, hice una mueca un tanto molesta conmigo misma y culminé la frase- pretendía pedir a mi hermana que me acompañase - ahí había acabado de inventar entonces me quedé en silencio, viéndole los contras a lo que acababa de decir, mientras escuchaba al profesor, en verdad no tenía nada, pero podría pensar en algo camino a la enfermería... lo que sí no podría hacer era explicar como pensaba avisar a Jane que me sentía mal, si solo los miembros de la casa sabían la contraseña.
Entonces para apagar la vivacidad de mis palabras, que demostraban que no tenía nada y evitar las siguientes preguntas, me llevé una de mis manos a la frente y la otra la puse sobre mi estómago dejándome caer de espaldas. Esto era lo más absurdo que había hecho en mi vida, simular que me desmayaba era una tontería, pero si el profesor no me cogía en el aire, acabaría teniendo una buena excusa para ir a la enfermería.
Elizabeth Bennet- Mensajes : 227
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Mi mirada hacia aquella mujer era totalmente seria y sin el menor eco de que por ser de mi casa yo iba a suavizar mi manera de ser con alguien como lo era ella, si ella me hablaba de una forma irrespetuosa simplemente iba a pagar por ello, ya fuera simplemente con unos cuantos puntos, pues aunque eso significaría quitarle puntos a mi propia casa a mi no me importaba llegar a algo así, lo único que en realidad se me hacia para mi importante era el hecho de que si alguien hacia algo que no debía tenia que pagar completamente por ello fuera de la manera que fuera y que yo pensara mas acorde a la situación
No le creía a aquella mujer en lo mas mínimo, cada palabra que ella decía me parecía que solamente las estaba usando para salirse con la suya y evitar completamente el perder puntos y tener un buen castigo, pero eso no iba a pasar, ya fuera o no cierto lo que decía eso no eliminaba el hecho de que había estado a horas indebidas fuera de la Sala Común, aun así yo saque mi varita mágica después de que ella dijo las siguientes palabras y tras un par de movimientos de esta mire directamente hacia su cuerpo y negué con la cabeza pero por el momento aceptando lo que ella decía, pero no por eso quería decir que me estaba convenciendo de nada
Además de eso ella parecía tener frió, yo me lo pensé por unos momentos y pase mi brazo alrededor de ella, no es que fuera por algún intento de tener algo ver con aquella alumna mía, es mas había sido un movimiento mas impulsivo y que se derivaba a toda mi educación tan antigua que hacia que yo fuera alguien caballeroso con toda mujer, y como no llevaba nada que pudiera quitarme para cedérselo a ella y que con eso yo la tapara a ella eso era lo mas viable para mi gusto – No tengo nada que darle para quitarle el frió señorita, pero de aquí a que lleguemos a la enfermería podría abrazarla en un acto para que mi propio calor corporal caliente el cuerpo de usted dentro de lo que sea posible – Normalmente el cuerpo de un vampiro no adquiría calor, pero gracias a llevar mi varita en mano había hecho un hechizo que había dejado mi cuerpo con la misma calidez que un cuerpo de un humano normal, pues usar ese hechizo en una persona humana y con tan poca ropa no era nada bueno, normalmente cuando se hacia ese hechizo sobre una mujer pasaba de calor corporal a otro tipo de calor, y mi idea no era para nada esa
Quizás podría ser que aquella mujer tenia actitudes que no me agradaban en lo mas mínimo, que es mas me hacían parecer que ella era demasiado egocéntrica para mis gustos y que eso no iba para nada entre las características de alguien de nuestra casa, pero no por eso iba a permitir que algo así sucediera, por lo menos por esos momentos no veía mal hacer algo de ese tipo, además eso me permitía a su vez checar con todas esas facultades de vampiro si lo que ella decía podía ser cierto o era totalmente una mentira muy bien plantada, pero como toda mentira debía tener lagunas en las que ella no había pensado y estas comenzaron a aparecer apenas cuando habíamos avanzado unos cinco escalones con rumbo hacia la enfermería
Estaba justo en el momento de decir mis palabras mas enérgicas y en ese momento hasta mi brazo que buscaba mas que calentarla el corroborar sus palabras se había separado de ella y en ese mismo momento ella termino desmayándose pero gracias a mi velocidad termine con ella en mis brazos evitando que cayera contra los escalones, la acomode bien sobre mis brazos y la lleve así hasta la enfermería donde casualmente la Enfermera no estaba, parecía que ese día debía de haber salido del castillo, por eso mismo la acosté en una de las camillas libres
No le creía a aquella mujer en lo mas mínimo, cada palabra que ella decía me parecía que solamente las estaba usando para salirse con la suya y evitar completamente el perder puntos y tener un buen castigo, pero eso no iba a pasar, ya fuera o no cierto lo que decía eso no eliminaba el hecho de que había estado a horas indebidas fuera de la Sala Común, aun así yo saque mi varita mágica después de que ella dijo las siguientes palabras y tras un par de movimientos de esta mire directamente hacia su cuerpo y negué con la cabeza pero por el momento aceptando lo que ella decía, pero no por eso quería decir que me estaba convenciendo de nada
Además de eso ella parecía tener frió, yo me lo pensé por unos momentos y pase mi brazo alrededor de ella, no es que fuera por algún intento de tener algo ver con aquella alumna mía, es mas había sido un movimiento mas impulsivo y que se derivaba a toda mi educación tan antigua que hacia que yo fuera alguien caballeroso con toda mujer, y como no llevaba nada que pudiera quitarme para cedérselo a ella y que con eso yo la tapara a ella eso era lo mas viable para mi gusto – No tengo nada que darle para quitarle el frió señorita, pero de aquí a que lleguemos a la enfermería podría abrazarla en un acto para que mi propio calor corporal caliente el cuerpo de usted dentro de lo que sea posible – Normalmente el cuerpo de un vampiro no adquiría calor, pero gracias a llevar mi varita en mano había hecho un hechizo que había dejado mi cuerpo con la misma calidez que un cuerpo de un humano normal, pues usar ese hechizo en una persona humana y con tan poca ropa no era nada bueno, normalmente cuando se hacia ese hechizo sobre una mujer pasaba de calor corporal a otro tipo de calor, y mi idea no era para nada esa
Quizás podría ser que aquella mujer tenia actitudes que no me agradaban en lo mas mínimo, que es mas me hacían parecer que ella era demasiado egocéntrica para mis gustos y que eso no iba para nada entre las características de alguien de nuestra casa, pero no por eso iba a permitir que algo así sucediera, por lo menos por esos momentos no veía mal hacer algo de ese tipo, además eso me permitía a su vez checar con todas esas facultades de vampiro si lo que ella decía podía ser cierto o era totalmente una mentira muy bien plantada, pero como toda mentira debía tener lagunas en las que ella no había pensado y estas comenzaron a aparecer apenas cuando habíamos avanzado unos cinco escalones con rumbo hacia la enfermería
Estaba justo en el momento de decir mis palabras mas enérgicas y en ese momento hasta mi brazo que buscaba mas que calentarla el corroborar sus palabras se había separado de ella y en ese mismo momento ella termino desmayándose pero gracias a mi velocidad termine con ella en mis brazos evitando que cayera contra los escalones, la acomode bien sobre mis brazos y la lleve así hasta la enfermería donde casualmente la Enfermera no estaba, parecía que ese día debía de haber salido del castillo, por eso mismo la acosté en una de las camillas libres
Bernard Noir- Mensajes : 114
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Era más que evidente que él seguía sin creerme, de hecho yo misma dudaba el estar siendo creíble, pues no acostumbraba a mentir, solía ser muy directa y sincera, pero aquella situación podía acabar siendo perjudicial para mi propia casa y no quería perder puntos. Seguir adelante y encontrarme con el enfermero me suponía un gran obstáculo, qué cosa iba a inventarle? Bastaba que moviera la varita para percatarse de que en realidad yo estaba maravillosamente, y que el profesor Bernard fuera más severo conmigo; aunque ciertamente, un par de meses más de castigo me vendrían estupendos.
Su mirada me decía que no estaba convenciéndolo en absoluto, pero sin embargo se comportó como todo un caballero rodeándome con su brazo, aunque muy en el fondo la culpa estaba presente, la aparté de una al sentir su cercanía, el suave y delicioso calor de su cuerpo. Quizá si alguien nos encontraba en el pasillo, a mi en ropa de cama, a escasos metros de la sala común de mi casa, él con el torso descubierto y abrazados, podrían imaginarse varios escenarios en los que la mayoría nos señalaría como una relación más allá de la profesor-alumna; y yo debía sincerarme conmigo, asumiendo que me encantaría, pero claro no iba a decírselo, eso no quitaba que disfrutara al máximo de aquella situación y no perdería la oportunidad de llevarla un poco más allá, si eso era posible. -Muchas gracias profesor, es usted un caballero -susurré, pegándome más a él, aprovechando todo su calor, pues estaba con bastante frío y claro, también indirectamente aproveché a poner en contacto la mayor cantidad de piel posible. Suspiré suavemente luego de haber inhalado el delicioso perfume de él, si en algún momento había sentido culpa, esta desapareció al instante. Era cierto que "las mentiras tienen patas cortas", pues yo no la desperdiciaría, tenía un objetivo bastante claro e intentaría todo para lograrlo. Ese, por supuesto era obtener todo cuanto pudiera del profesor.
Noté que algo de lo que acababa de decir, tenía un gran bache, entonces actué completamente por instinto, dejándome caer de espaldas al aire, era un hecho que eso tendría algún tipo de consecuencia, o el profe me cogía o acabaría golpeada, pero sabiendo como se había comportado recientemente al brindarme tan amablemente su calor, no dudaba que me cogería y ni bien sentí que me levantaba sonreí internamente. Me quedé completamente quieta y en silencio esperando el me llevara donde creyera conveniente.
Aproveché esos escasos minutos en los que llegaba a la enfermería para pensar que haría cuando el enfermero dijera que no tenía nada? Asumir mi castigo, dejando a Ravenclow en puntos negativos. Entonces sentí que me recostaba en una de las camillas libres y me arriesgué a abrir apenas uno de mis ojos, mientras aguzaba los oídos esperando escuchar la voz del enfermero, pero no escuché nada.
Esperé unos cuantos minutos, con una felicidad que me superaba, todo me estaba saliendo de maravillas, hasta imaginando que creía en el destino, podría haber dicho que esto era cosa del destino, me permití festejar internamente, jamás me habían salido las cosas tan redonditas. Cuando estuve segura de que no corría riesgo, acabé haciéndome la que despertaba, no había nacido para estar cayada -Mmmmhm -murmuré, moviéndome con lentitud, pensando en que estaría pensando hacer Bernard? Acaso pensaría ir en búsqueda de alguien más? Claro que yo no iba a dejar que se marchara, dejándome sola allí. Observé a ambos lados con los ojos entre-abiertos, en una expresión algo cansada y con movimientos deliberadamente lentos hasta que enfoqué al profesor, con mi mejor voz débil dije -Profesor que hago aquí? -una vez pregunté quise golpearme, era un desmayo lo que simulaba, no tener amnesia! Definitivamente improvisar no era lo mío- Aaaah -dije en un tono bajo, dando a entender que me había acordado- ya... -me abracé a mi misma, pensando que un poco de palidez me vendría al pelo- Profe no me deje sola por favor -supliqué como si la situación en si me aterrara, nada más lejos de la realidad- Tengo frío, profesor abraceme por favor -volví a implorar, observándolo desde la camilla, con mi mejor expresión de inocencia. Casi ni me había movido de la posición en la que él me había dejado, pero gracias a que mi camisón de seda era extremadamente corto, mis torneadas piernas habían quedado al completo descubiertas y desde la posición del profesor no sería para nada difícil, observar mi diminuta ropa interior.
Su mirada me decía que no estaba convenciéndolo en absoluto, pero sin embargo se comportó como todo un caballero rodeándome con su brazo, aunque muy en el fondo la culpa estaba presente, la aparté de una al sentir su cercanía, el suave y delicioso calor de su cuerpo. Quizá si alguien nos encontraba en el pasillo, a mi en ropa de cama, a escasos metros de la sala común de mi casa, él con el torso descubierto y abrazados, podrían imaginarse varios escenarios en los que la mayoría nos señalaría como una relación más allá de la profesor-alumna; y yo debía sincerarme conmigo, asumiendo que me encantaría, pero claro no iba a decírselo, eso no quitaba que disfrutara al máximo de aquella situación y no perdería la oportunidad de llevarla un poco más allá, si eso era posible. -Muchas gracias profesor, es usted un caballero -susurré, pegándome más a él, aprovechando todo su calor, pues estaba con bastante frío y claro, también indirectamente aproveché a poner en contacto la mayor cantidad de piel posible. Suspiré suavemente luego de haber inhalado el delicioso perfume de él, si en algún momento había sentido culpa, esta desapareció al instante. Era cierto que "las mentiras tienen patas cortas", pues yo no la desperdiciaría, tenía un objetivo bastante claro e intentaría todo para lograrlo. Ese, por supuesto era obtener todo cuanto pudiera del profesor.
Noté que algo de lo que acababa de decir, tenía un gran bache, entonces actué completamente por instinto, dejándome caer de espaldas al aire, era un hecho que eso tendría algún tipo de consecuencia, o el profe me cogía o acabaría golpeada, pero sabiendo como se había comportado recientemente al brindarme tan amablemente su calor, no dudaba que me cogería y ni bien sentí que me levantaba sonreí internamente. Me quedé completamente quieta y en silencio esperando el me llevara donde creyera conveniente.
Aproveché esos escasos minutos en los que llegaba a la enfermería para pensar que haría cuando el enfermero dijera que no tenía nada? Asumir mi castigo, dejando a Ravenclow en puntos negativos. Entonces sentí que me recostaba en una de las camillas libres y me arriesgué a abrir apenas uno de mis ojos, mientras aguzaba los oídos esperando escuchar la voz del enfermero, pero no escuché nada.
Esperé unos cuantos minutos, con una felicidad que me superaba, todo me estaba saliendo de maravillas, hasta imaginando que creía en el destino, podría haber dicho que esto era cosa del destino, me permití festejar internamente, jamás me habían salido las cosas tan redonditas. Cuando estuve segura de que no corría riesgo, acabé haciéndome la que despertaba, no había nacido para estar cayada -Mmmmhm -murmuré, moviéndome con lentitud, pensando en que estaría pensando hacer Bernard? Acaso pensaría ir en búsqueda de alguien más? Claro que yo no iba a dejar que se marchara, dejándome sola allí. Observé a ambos lados con los ojos entre-abiertos, en una expresión algo cansada y con movimientos deliberadamente lentos hasta que enfoqué al profesor, con mi mejor voz débil dije -Profesor que hago aquí? -una vez pregunté quise golpearme, era un desmayo lo que simulaba, no tener amnesia! Definitivamente improvisar no era lo mío- Aaaah -dije en un tono bajo, dando a entender que me había acordado- ya... -me abracé a mi misma, pensando que un poco de palidez me vendría al pelo- Profe no me deje sola por favor -supliqué como si la situación en si me aterrara, nada más lejos de la realidad- Tengo frío, profesor abraceme por favor -volví a implorar, observándolo desde la camilla, con mi mejor expresión de inocencia. Casi ni me había movido de la posición en la que él me había dejado, pero gracias a que mi camisón de seda era extremadamente corto, mis torneadas piernas habían quedado al completo descubiertas y desde la posición del profesor no sería para nada difícil, observar mi diminuta ropa interior.
Elizabeth Bennet- Mensajes : 227
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Podía ser que ella siguiera diciendo lo mucho que se sentía mal y esas razones por las que ella no estaba dentro de su cama o por lo menos sentada en la sala común con alguna manta y frente a la chimenea, pero lo que a mi respectaba su vestimenta era mas que la forma de la que yo vería que una alumna debería de estar a una forma un tanto demasiado reveladora, quizás podría decir que era excesivamente sensual a tal punto que hasta a mi con todo ese punto tan recto que yo solía tener eso no quitaba que tuviera ese tipo de forma de pensar con respecto a su forma de ir vestida, pero era algo que para mi no era mas que eso y simplemente solo tenia ese efecto en mi y nada mas que eso
Estaba a punto de aumentar completamente su castigo por uno que se determinaría en uno mas intenso y mas duradero si resultaba cierto lo que todos mis cuestionamientos y formas de pensar con respecto a que ella supuestamente se sentía mal, pues por mucho que ella estuviera buscando toda forma de convencerme yo no lo haría, eso además de que si estaba yo abrazándola a ella esto solamente era por que como caballero que era tenia que hacerlo, pero no por eso significaba que me gustaba tenerla a ella de una forma tan cercana y sintiendo como su suave piel se unía a la mía mientras caminábamos, era de el tipo de cosas que estaban prohibidas entre profesor y alumna, pero yo sabia que aunque seguro eso visto desde lejos dejaba pensar que entre ella y yo tendríamos algo que ver, la situación no era para nada de ese tipo pues yo no estaría con ninguna alumna eso lo sabia completamente
Aparte era hasta exasperante como cuando estaba por ver unas cosas mas con ellas y estaba casi hasta por descubrir su pequeño truco y todas sus mentiras ella se había casualmente hasta desmallado, no estaba seguro de que ese supuesto desmayo fuera cierto pero aun así lo tome como si fuera completamente cierto, por lo menos era lo mejor que yo podía hacer y aunque generalmente por mis puntos positivos como vampiro me dejaban sentir como su corazón seguía latiendo con demasiada regularidad como para estar desmallada preferí hacer caso omiso a eso que estaba averiguando, prefería descubrirla de una manera que fuera mas viable y sin tener que descubrir mi verdadera naturaleza
La deposite en una de las camillas y entonces la deje ahí a ella por unos minutos mientras que iba al fondo de la enfermería en busca de alguien que nos ayudara, pero el resultado final era simplemente que estábamos ahí los dos solos y si alguien podría ayudarla a ella solamente podría ser yo, aunque no era eso algo que me agradara del todo a mi pues hubiera preferido que alguien que hubiera estudiado para cosas como esas lo hiciera, pues aunque yo podía ayudarla a ella siempre prefería no tener que usar magia antigua para resolver cosas básicas
Me quede sentado justamente a unos metros de donde estaba ella esperando a que ella despertara o por lo menos que eso fingiera hacer, como siempre yo era demasiado difícil de convencer en muchas cosas y esa era una de esas razones y mas cuando la manera de despertar de ella era tan poco creíble y que mas que otra cosa provoco una mirada en mi rostro que demostraba que no estaba yo creyendo nada de lo que decía, pero aun así me levante de mi asiento yendo hacia donde estaba ella quedando frente a ella justo frente a la camilla y sintiendo como alguno de sus dedos rozaban con mis muslos mientras estire mi mano para tocar la frente de ella sintiéndola fría, posiblemente por que si estaba enfermándose o solamente por estar tan poco tapada – Esta demasiado fría, esto no debería de ser así – comente de una manera que era mas para mi mismo que para que ella lo escuchara, pero aun así lo había dicho lo suficientemente fuerte como para que ella lo escuchara sin problema. Me estaba pensando si era positivo o no hacerle caso a aquella mujer mientras que baje la mirada, algo que no debería de haber hecho por que con ese pequeño camisón que ella llevaba puesto no necesito mas que un mínimo movimiento de sus piernas y de una manera muy leve como para que mis ojos hicieran contacto visual con su diminuta ropa interior, de inmediato levante mi mirada hacia el rostro de ella y sin decir nada por el momento fui a recostarme con ella y con mis brazos la rodee por completo por su cuerpo para darle ese calor que ella necesitaba para que su cuerpo recuperara esa tan necesaria temperatura, pero hasta que hice eso me di cuenta de mi error, pues con ese abrazo había ayudado a que ese camisón se subiera un poco mas, pero no pensé mucho en eso por el momento – Solo estaré así por unos momentos mientras entras en calor, cuando ya lo estés veré que es lo que tienes para curarte y puedas regresar a tu cama
Estaba a punto de aumentar completamente su castigo por uno que se determinaría en uno mas intenso y mas duradero si resultaba cierto lo que todos mis cuestionamientos y formas de pensar con respecto a que ella supuestamente se sentía mal, pues por mucho que ella estuviera buscando toda forma de convencerme yo no lo haría, eso además de que si estaba yo abrazándola a ella esto solamente era por que como caballero que era tenia que hacerlo, pero no por eso significaba que me gustaba tenerla a ella de una forma tan cercana y sintiendo como su suave piel se unía a la mía mientras caminábamos, era de el tipo de cosas que estaban prohibidas entre profesor y alumna, pero yo sabia que aunque seguro eso visto desde lejos dejaba pensar que entre ella y yo tendríamos algo que ver, la situación no era para nada de ese tipo pues yo no estaría con ninguna alumna eso lo sabia completamente
Aparte era hasta exasperante como cuando estaba por ver unas cosas mas con ellas y estaba casi hasta por descubrir su pequeño truco y todas sus mentiras ella se había casualmente hasta desmallado, no estaba seguro de que ese supuesto desmayo fuera cierto pero aun así lo tome como si fuera completamente cierto, por lo menos era lo mejor que yo podía hacer y aunque generalmente por mis puntos positivos como vampiro me dejaban sentir como su corazón seguía latiendo con demasiada regularidad como para estar desmallada preferí hacer caso omiso a eso que estaba averiguando, prefería descubrirla de una manera que fuera mas viable y sin tener que descubrir mi verdadera naturaleza
La deposite en una de las camillas y entonces la deje ahí a ella por unos minutos mientras que iba al fondo de la enfermería en busca de alguien que nos ayudara, pero el resultado final era simplemente que estábamos ahí los dos solos y si alguien podría ayudarla a ella solamente podría ser yo, aunque no era eso algo que me agradara del todo a mi pues hubiera preferido que alguien que hubiera estudiado para cosas como esas lo hiciera, pues aunque yo podía ayudarla a ella siempre prefería no tener que usar magia antigua para resolver cosas básicas
Me quede sentado justamente a unos metros de donde estaba ella esperando a que ella despertara o por lo menos que eso fingiera hacer, como siempre yo era demasiado difícil de convencer en muchas cosas y esa era una de esas razones y mas cuando la manera de despertar de ella era tan poco creíble y que mas que otra cosa provoco una mirada en mi rostro que demostraba que no estaba yo creyendo nada de lo que decía, pero aun así me levante de mi asiento yendo hacia donde estaba ella quedando frente a ella justo frente a la camilla y sintiendo como alguno de sus dedos rozaban con mis muslos mientras estire mi mano para tocar la frente de ella sintiéndola fría, posiblemente por que si estaba enfermándose o solamente por estar tan poco tapada – Esta demasiado fría, esto no debería de ser así – comente de una manera que era mas para mi mismo que para que ella lo escuchara, pero aun así lo había dicho lo suficientemente fuerte como para que ella lo escuchara sin problema. Me estaba pensando si era positivo o no hacerle caso a aquella mujer mientras que baje la mirada, algo que no debería de haber hecho por que con ese pequeño camisón que ella llevaba puesto no necesito mas que un mínimo movimiento de sus piernas y de una manera muy leve como para que mis ojos hicieran contacto visual con su diminuta ropa interior, de inmediato levante mi mirada hacia el rostro de ella y sin decir nada por el momento fui a recostarme con ella y con mis brazos la rodee por completo por su cuerpo para darle ese calor que ella necesitaba para que su cuerpo recuperara esa tan necesaria temperatura, pero hasta que hice eso me di cuenta de mi error, pues con ese abrazo había ayudado a que ese camisón se subiera un poco mas, pero no pensé mucho en eso por el momento – Solo estaré así por unos momentos mientras entras en calor, cuando ya lo estés veré que es lo que tienes para curarte y puedas regresar a tu cama
Bernard Noir- Mensajes : 114
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Ni bien simulé despertar de mi desmayo, me di cuenta que lo había hecho pésimamente, no solo porque no tenía mucha idea de que decir, sino por la significativa mirada que recibí de mi adorado profesor; esperaba al menos se compadeciera de mi, él estaba sentado a un lado de la cama, tranquilamente esperando que yo despertara; suponía que en ese momento, él debería estar haciendo algo para ayudarme, era un hecho que no estaba creyéndome nada de lo que yo decía y/o hacía; su silencio hacía que me cuestionara que tan bien iba con mis mentiras, suponía que no demasiado.
Mis dedos rozaron su pierna cuando él se puso de pie, acercándose a la camilla, donde yo estaba recostada, sentí su mano en mi frente, revisando mi temperatura, estaba con bastante frío así que no me sorprendió su comentario, aunque esto podría acarrearme una buena gripe, resté importancia esperando él se compadeciera de mi y accediera a brindarme su calor y su compañía en aquella estrecha camilla.
Observé con sumo detalle, la forma en que bajaba la mirada y con un sutil movimiento, dejé que Bernard viera más, mucho más de lo debido. Su reacción fue inmediata, elevó la vista de golpe analizando mi expresión, yo me había mantenido en silencio y con carita de "yo no fui"; aunque lo había hecho con toda intención. Cuando él se movió, mis ojos le siguieron y tuve que retener mis ganas de sonreír, había conseguido que él se recostara a mi lado, con un poco de suerte, quizá le tendría como quería, aunque hasta el momento él no había mostrado el más mínimo interés en mi, cosa que por supuesto me molestaba un poquito y hacía que le viera más como un reto, a más difícil, más me gustaba. Cuando me rodeó en un abrazo, me percaté de que mi camisón se había subido un poco más, revelando ahora mi ropa interior inferior al completo, esperaba que él se tentara a echar un nuevo vistazo, a mi personalmente no me molestaría en absoluto; pero él volvía a hablarme y yo aproveché ha acomodarme en la cama, acercándome aún más a él -Gracias profesor -susurré, haciendo rozar mis pechos, con los pezones erectos a causa del frío contra su tórax -Es usted muy amable -volví a susurrar cerca de su cuello, haciendo que mi respiración roce su piel, haciendo una suave caricia al lóbulo de su oreja.
Varios segundos después, elevo mi cuerpo lentamente, mirando sus ojos, sintiendo como la mano que rodeaba mi espalda, queda sobre mi glúteo, muerdo levemente mi labio inferior, antes de susurrar -Usted disculpe pero necesito más calor -acerco más mi cuerpo, haciendo que entremos en completo contacto y deposito un beso en la comisura de sus labios -Gracias por ayudarme -agrego, mientras le rodeo con mi brazo acariciando su espalda, rozando la parte de superior de mi muslo con su entrepierna. -Espero a usted no le moleste mi cercanía -estaba deseando besarle, bastante más que besarle, pero él aun era mi profesor, y yo esperaba sin mucha paciencia que me dejara ver alguna señal de que no iba por mal camino, que algunas de mis indirectas, no tan indirectas eran de cierta forma bien recibidas.
Mis dedos rozaron su pierna cuando él se puso de pie, acercándose a la camilla, donde yo estaba recostada, sentí su mano en mi frente, revisando mi temperatura, estaba con bastante frío así que no me sorprendió su comentario, aunque esto podría acarrearme una buena gripe, resté importancia esperando él se compadeciera de mi y accediera a brindarme su calor y su compañía en aquella estrecha camilla.
Observé con sumo detalle, la forma en que bajaba la mirada y con un sutil movimiento, dejé que Bernard viera más, mucho más de lo debido. Su reacción fue inmediata, elevó la vista de golpe analizando mi expresión, yo me había mantenido en silencio y con carita de "yo no fui"; aunque lo había hecho con toda intención. Cuando él se movió, mis ojos le siguieron y tuve que retener mis ganas de sonreír, había conseguido que él se recostara a mi lado, con un poco de suerte, quizá le tendría como quería, aunque hasta el momento él no había mostrado el más mínimo interés en mi, cosa que por supuesto me molestaba un poquito y hacía que le viera más como un reto, a más difícil, más me gustaba. Cuando me rodeó en un abrazo, me percaté de que mi camisón se había subido un poco más, revelando ahora mi ropa interior inferior al completo, esperaba que él se tentara a echar un nuevo vistazo, a mi personalmente no me molestaría en absoluto; pero él volvía a hablarme y yo aproveché ha acomodarme en la cama, acercándome aún más a él -Gracias profesor -susurré, haciendo rozar mis pechos, con los pezones erectos a causa del frío contra su tórax -Es usted muy amable -volví a susurrar cerca de su cuello, haciendo que mi respiración roce su piel, haciendo una suave caricia al lóbulo de su oreja.
Varios segundos después, elevo mi cuerpo lentamente, mirando sus ojos, sintiendo como la mano que rodeaba mi espalda, queda sobre mi glúteo, muerdo levemente mi labio inferior, antes de susurrar -Usted disculpe pero necesito más calor -acerco más mi cuerpo, haciendo que entremos en completo contacto y deposito un beso en la comisura de sus labios -Gracias por ayudarme -agrego, mientras le rodeo con mi brazo acariciando su espalda, rozando la parte de superior de mi muslo con su entrepierna. -Espero a usted no le moleste mi cercanía -estaba deseando besarle, bastante más que besarle, pero él aun era mi profesor, y yo esperaba sin mucha paciencia que me dejara ver alguna señal de que no iba por mal camino, que algunas de mis indirectas, no tan indirectas eran de cierta forma bien recibidas.
Elizabeth Bennet- Mensajes : 227
Re: Pillada (Bernard) (+18)
No iba a negar que aunque por un lado estaba ayudándola a ella y viendo la manera para hacer que aquella mujer estuviera lo mejor posible para que primeramente cumplir la primera y mas importante de todas las responsabilidades que tenían los profesores de aquel colegio y esta no era otra mas que simplemente si te encontrabas a un alumno que diera cualquier tipo de indicio que demostrara simplemente estar aunque fuera en un pequeño y mínimo grado enfermo o con algún tipo de malestar estábamos para ayudarlo dentro de todo lo posible, y aunque estaba completa y totalmente convencido que esa mujer no estaba enferma en lo mas mínimo aun así la iba a ayudar en todo lo que esta necesitara hasta que terminara dejándola nuevamente en su habitación a salvo y cubierta con las mantas de su cama, por que sus ropas actuales no iban a lograr nada en lo absoluto mas que dejarla con una gripe un poco severa si estaba mucho tiempo fuera de la Sala Común, por que el castillo de Hogwarts como todo buen castillo antiguo y que había sido construido de la Época medieval a tiempos mucho mas antiguos era excesivamente fríos, ¿por que era esto?, pues por el mismo material con el que había sido construido claramente
Claramente para mi gusto aquella alumna mía de rasgos que eran increíblemente atractivos y que para acabar con todo por sus ropas la hacían verse verdaderamente sensual hasta niveles que ni yo podía dejar de notar, pero vamos eso no era exactamente lo que debería yo de pensar al ver a una alumna, aunque claramente ella no tenia el clásico cuerpo de las alumnas normales y que eran excesivamente delgadas y sin curvas, si no por lo menos por la apariencia vista ahora era una mujer con curvas y hasta podría yo decir que estas eran muy pronunciadas, pero vamos no era momento para tener ese tipo de pensamientos por que aunque ella era una mujer atractiva era una alumna y eso hacia que mi parte ética apareciera en la mente, por eso mismo preferí simplemente alejar mi mirada hacia uno de los estantes donde solamente alcance a ver que tenia unas cuantas vendas que quizás hubiera necesitado usar en ella de ser que aquella caída en su supuesto desmayo hubiera terminado de una forma mucho mas aparatosa
Sabía que eso de recostarme en esa camilla con ella y con esas ropas que ella traía puestas y dado que seguro algún tipo de pensamiento insano podía crecer ya fuera en mi mente o hasta en el de ella era la peor idea que podía tener como para ayudarla a ella en su problema de frió, pero por muy extraño que esto parecía simplemente opte por hacerlo de la manera que parecía tener toques mucho mas sospechosos y hasta candente por la cercanía de nuestros cuerpos y que era algo que podría ser demasiado peligroso, mas aun cuando sentía completamente rozas sus pezones contra mi tórax, me imaginaba que esto era por el frió – Se dice que el calor corporal es lo mejor que se puede hacer para calentar el cuerpo – decía de una manera clara aunque la cercanía no era buena y de seguro si no fuera un vampiro aquel toque de ella cerca de mi lóbulo hubiera tenido un gran efecto en mi
Pensaba yo solamente estar de esa forma cuando el movimiento de ella hizo que mi mano pasara de la parte baja de su espalda hasta estar sobre uno de sus glúteos tocando mis dedos este muy levemente, estaba a punto de comenzar a decirle algo cuando ella me dijo esas palabras, me quede unos momentos sin decir nada y solamente se noto que mis labios hicieron una mueca a manera de estar pensando bien las cosas y finalmente suspire y baje mis manos rodeando la zona de sus caderas y pegándola mas a mi cuerpo de tal manera que mis dedos estaban en contacto directo con aquellos abultados y redondos glúteos que ella tenia – Esto mas bien parece otra cosa, pero lo aceptare solamente por el momento – dije aunque no negaba que el sentir el muslo de ella en contacto con lo que era mi entrepierna hacia que yo tuviera algo de nerviosismo por que aunque yo no lo deseara esta parte de mi cuerpo como la de un humano normal podría reaccionar en cualquier momento y esperaba que eso no se notara por el momento
Claramente para mi gusto aquella alumna mía de rasgos que eran increíblemente atractivos y que para acabar con todo por sus ropas la hacían verse verdaderamente sensual hasta niveles que ni yo podía dejar de notar, pero vamos eso no era exactamente lo que debería yo de pensar al ver a una alumna, aunque claramente ella no tenia el clásico cuerpo de las alumnas normales y que eran excesivamente delgadas y sin curvas, si no por lo menos por la apariencia vista ahora era una mujer con curvas y hasta podría yo decir que estas eran muy pronunciadas, pero vamos no era momento para tener ese tipo de pensamientos por que aunque ella era una mujer atractiva era una alumna y eso hacia que mi parte ética apareciera en la mente, por eso mismo preferí simplemente alejar mi mirada hacia uno de los estantes donde solamente alcance a ver que tenia unas cuantas vendas que quizás hubiera necesitado usar en ella de ser que aquella caída en su supuesto desmayo hubiera terminado de una forma mucho mas aparatosa
Sabía que eso de recostarme en esa camilla con ella y con esas ropas que ella traía puestas y dado que seguro algún tipo de pensamiento insano podía crecer ya fuera en mi mente o hasta en el de ella era la peor idea que podía tener como para ayudarla a ella en su problema de frió, pero por muy extraño que esto parecía simplemente opte por hacerlo de la manera que parecía tener toques mucho mas sospechosos y hasta candente por la cercanía de nuestros cuerpos y que era algo que podría ser demasiado peligroso, mas aun cuando sentía completamente rozas sus pezones contra mi tórax, me imaginaba que esto era por el frió – Se dice que el calor corporal es lo mejor que se puede hacer para calentar el cuerpo – decía de una manera clara aunque la cercanía no era buena y de seguro si no fuera un vampiro aquel toque de ella cerca de mi lóbulo hubiera tenido un gran efecto en mi
Pensaba yo solamente estar de esa forma cuando el movimiento de ella hizo que mi mano pasara de la parte baja de su espalda hasta estar sobre uno de sus glúteos tocando mis dedos este muy levemente, estaba a punto de comenzar a decirle algo cuando ella me dijo esas palabras, me quede unos momentos sin decir nada y solamente se noto que mis labios hicieron una mueca a manera de estar pensando bien las cosas y finalmente suspire y baje mis manos rodeando la zona de sus caderas y pegándola mas a mi cuerpo de tal manera que mis dedos estaban en contacto directo con aquellos abultados y redondos glúteos que ella tenia – Esto mas bien parece otra cosa, pero lo aceptare solamente por el momento – dije aunque no negaba que el sentir el muslo de ella en contacto con lo que era mi entrepierna hacia que yo tuviera algo de nerviosismo por que aunque yo no lo deseara esta parte de mi cuerpo como la de un humano normal podría reaccionar en cualquier momento y esperaba que eso no se notara por el momento
Bernard Noir- Mensajes : 114
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Nunca me había considerado una mujer con suerte, pero a partir de aquella noche cambiaría rotundamente de opinión. El profesor estaba recostado a mi lado, más aun estaba envolviéndome en un cálido y acogedor abrazo, yo pretendía disfrutar al máximo de su contacto, de su cuerpo, en realidad de todo lo que él quisiera darme.
Me removí entre sus brazos, logrando hacer rozar mi busto con su fuerte y fibroso pecho, mientras prestaba toda mi atención a sus palabras, tenía razón, que otra cosa podía yo decir? El calor corporal, era lo mejor para calentar a otra persona, y se me ocurría justo en ese momento, varias formas de trasmitirlo, no podía decir que todas ellas estuvieran en el rango de lo que se considera decente. -Concuerdo con su opinión, que mejor que pasar el calor de un cuerpo al otro -traté de hablar en tono calmado, aunque estaba un poquito ansiosa por avanzar, así que casi en un tono inaudible agregué -A mayor piel esté en contacto, es mejor... -si de mi dependiera ambos estaríamos completamente desnudos, pero preferí mantenerme ese comentario para mi misma.
Yo hablé con suavidad pero sin desviar mis ojos de los suyos, mientras esperaba pacientemente que reaccionara de alguna forma, estaba dispuesta a analizar cada uno de sus gestos, más ahora que había colocado sus manos en el "compromiso" de rozar mis nalgas. Por suerte hablé con una seguridad que no estaba segura de poseer, él me resultaba demasiado atractivo, irresistible, y hacía que me enredara con mis propios pensamientos, su mueca no me pasó desapercibida e impulsada por el deseo que él provocaba en mi, me acerqué a sus labios dejando un beso el comisura de ellos y aprovechando de rozar mi muslo con su entrepierna.
Cuando sus fuertes manos se cerraron sobe mis glúteos, atrayéndome más a él, suspiré con suavidad, estábamos en contacto, piel con piel, mi camisón estaba bastante más arriba de mi cintura y esperaba que no mucho después, cayera al suelo junto con nuestra ropa interior. Ni bien me acercó, el sutil roce de mi muslo se convirtió en un contacto más cercano, mucho más íntimo y por supuesto como era de esperarse, por más que él fuera mi profesor, fuera mi jefe de casa, o así mismo fuera el director, él era un hombre y como tal, debía de reaccionar así fuera contra su voluntad a sus instintos más primarios; y eso se estaba evidenciando en su abultada entrepierna.
Claro, yo hacía bastante que venía buscando algún tipo de indicio de interés por su parte hacia mi, pero encontrarme con su inminente erección, hizo que yo estuviera segura que podía seguir por el camino que había planeado. Escuché lo que decía y con la mano que rodeaba su espalda le acaricié lentamente, pensando en que movimiento hacer, dejar de fingir? o medio seguir simulando? Había algo que quería dejarle completamente en claro, y esas eran mis intenciones. Tomé una de sus manos, mientras sentía la otra sobre mi trasero y la llevé hasta mi pecho -Sienta como late a prisa -le dije con una suave sonrisa, pero en vez de colocar su mano sobre mi corazón, la deje sobre uno de mis senos. No quería que él se pensara nada, quería que actuara por instinto, así su ética profesional no me estorbaría, así que me aproximé a sus labios lentamente, mientras acariciaba su pecho, su tórax, sus abdominales fuertes, fibrosos y marcados. Rocé sus labios y comencé a besarle con lentitud, mientras mi mano llegaba hasta su miembro, tocándole por encima de la estorbosa ropa, pero recibiendo mucho más de lo que esperaba, él no solo era hermoso, sino que estaba mucho más que bien dotado, al fin de cuentas él podría en verdad ayudarme con mis problemas de insomnio, si cedía solo un poco, que a esta altura esperaba que lo hiciera, ambos podríamos descansar completamente exhaustos y satisfechos.
Me removí entre sus brazos, logrando hacer rozar mi busto con su fuerte y fibroso pecho, mientras prestaba toda mi atención a sus palabras, tenía razón, que otra cosa podía yo decir? El calor corporal, era lo mejor para calentar a otra persona, y se me ocurría justo en ese momento, varias formas de trasmitirlo, no podía decir que todas ellas estuvieran en el rango de lo que se considera decente. -Concuerdo con su opinión, que mejor que pasar el calor de un cuerpo al otro -traté de hablar en tono calmado, aunque estaba un poquito ansiosa por avanzar, así que casi en un tono inaudible agregué -A mayor piel esté en contacto, es mejor... -si de mi dependiera ambos estaríamos completamente desnudos, pero preferí mantenerme ese comentario para mi misma.
Yo hablé con suavidad pero sin desviar mis ojos de los suyos, mientras esperaba pacientemente que reaccionara de alguna forma, estaba dispuesta a analizar cada uno de sus gestos, más ahora que había colocado sus manos en el "compromiso" de rozar mis nalgas. Por suerte hablé con una seguridad que no estaba segura de poseer, él me resultaba demasiado atractivo, irresistible, y hacía que me enredara con mis propios pensamientos, su mueca no me pasó desapercibida e impulsada por el deseo que él provocaba en mi, me acerqué a sus labios dejando un beso el comisura de ellos y aprovechando de rozar mi muslo con su entrepierna.
Cuando sus fuertes manos se cerraron sobe mis glúteos, atrayéndome más a él, suspiré con suavidad, estábamos en contacto, piel con piel, mi camisón estaba bastante más arriba de mi cintura y esperaba que no mucho después, cayera al suelo junto con nuestra ropa interior. Ni bien me acercó, el sutil roce de mi muslo se convirtió en un contacto más cercano, mucho más íntimo y por supuesto como era de esperarse, por más que él fuera mi profesor, fuera mi jefe de casa, o así mismo fuera el director, él era un hombre y como tal, debía de reaccionar así fuera contra su voluntad a sus instintos más primarios; y eso se estaba evidenciando en su abultada entrepierna.
Claro, yo hacía bastante que venía buscando algún tipo de indicio de interés por su parte hacia mi, pero encontrarme con su inminente erección, hizo que yo estuviera segura que podía seguir por el camino que había planeado. Escuché lo que decía y con la mano que rodeaba su espalda le acaricié lentamente, pensando en que movimiento hacer, dejar de fingir? o medio seguir simulando? Había algo que quería dejarle completamente en claro, y esas eran mis intenciones. Tomé una de sus manos, mientras sentía la otra sobre mi trasero y la llevé hasta mi pecho -Sienta como late a prisa -le dije con una suave sonrisa, pero en vez de colocar su mano sobre mi corazón, la deje sobre uno de mis senos. No quería que él se pensara nada, quería que actuara por instinto, así su ética profesional no me estorbaría, así que me aproximé a sus labios lentamente, mientras acariciaba su pecho, su tórax, sus abdominales fuertes, fibrosos y marcados. Rocé sus labios y comencé a besarle con lentitud, mientras mi mano llegaba hasta su miembro, tocándole por encima de la estorbosa ropa, pero recibiendo mucho más de lo que esperaba, él no solo era hermoso, sino que estaba mucho más que bien dotado, al fin de cuentas él podría en verdad ayudarme con mis problemas de insomnio, si cedía solo un poco, que a esta altura esperaba que lo hiciera, ambos podríamos descansar completamente exhaustos y satisfechos.
Elizabeth Bennet- Mensajes : 227
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Aun a pesar de que en ese preciso momento estaba tomando una posición con aquella mujer, con una de mis únicas y más avanzadas alumnas por ser ella de los últimos cursos, pero aun una parte de mi cerebro seguía teniendo la enorme y gran pregunta que radicaba en por que las cosas habían cambiado tanto en los últimos momentos, que había pasado para haber pasado de estar solamente ayudándola a ella de una manera digamos mas tradicional a lo que en ese preciso momento estaba ocurriendo y que se basaba completamente en tenerla a ella abraza totalmente a mi y sentir una gran cantidad de su piel pegada a mí piel dando un roce tan importante y a la vez tan intenso que mi mente tenia que estar de lo mas despierta posible para evitar que mis impulsos tomaran el control de la situación
Pero justamente cuando la posición era perfecta para que yo me mantuviera totalmente en lo que tanto deseaba y que era simplemente ayudarla a ella a que su cuerpo estuviera como debía y llevarla de nuevo a la Sala Común, pero sobre todo hacerlo sin que entre esas partes algo pasara entre nosotros, y seguramente lo hubiera logrado de no ser que ella estaba removiéndose entre mis brazos de una manera que sentí sus senos contra de mi tórax, esa simple sensación hacia que mi cuerpo comenzara a sentir sensaciones que yo no debería de sentir y también cosas que era preferible calmar, pues si se salía de el control de mi nada bueno podía pasar, yo seria un vampiro muy antiguo y que era capaz de vivir con los humanos de la manera mas sencilla por haber aprendido a controlar toda mi sed de sangre pero lo que me estaba ocurriendo despertaría la parte mas potente dentro de un vampiro y de solo pensarlo no me agradaba la idea – En efecto es la manera mas fácil para que su frió cuerpo entre en calor y por ende de esta manera su cuerpo entre en calor – Su siguiente comentario me dejo en claro bastantes cosas de por medio eso aparte de que justamente ella estaba moviéndose hasta que quedo una gran parte de su piel contra la mía y eso mismo era lo que obligaba a mi cuerpo a desear mas y a mi mente a mantener a mis instintos mas primitivos totalmente controlados por que si en algún momento no podía seguir controlando lo que hacia en ese momento todo iba a acabar y de una manera que no seria para nada buena
Nuestros ojos se estaban mirando de una manera que no me agradaba y además hasta yo mismo no sabia que era lo que estaba haciendo aun en esa posición con ella cuando lo mas coherente seria dejar de estar con ella de esa manera y alejarme ciertamente lo mas que pudiera yo hacerlo para evitar cualquier cosa de la que mas adelante me arrepintiera, pero mis manos tenían algo muy distinto que hacer, pues se habían cerrado en torno a sus glúteos y parecía que deseaban seguir con eso, aunque me imaginaba muy bien si fuera por mis manos y por mi cuerpo cual seria el destino final de todo esto, uno que seguramente mi ética de profesor y mi parte de tanto profesionalismo que yo tenia no iba a soportar y menos estaría de acuerdo con ella, además mi entrepierna estaba siendo afectada por todo lo que ocurría llegando a acrecentarse el tamaño de esta y formando entre mis ropas una muy clara y abultada parte que seguramente la dejaba a ella ver mas de lo que yo quisiera
Pero entonces todo tipo de intento de control termino desapareciendo en mi cuando ella tomo de mi mano y la llevo hasta uno de sus suaves senos, era algo que si fuera yo humano hubiera podido aun así soportar, pero no era un humano, era un vampiro y como una de las pocas o únicas cosas que se decía de los vampiros y era cierta era justamente la parte de su libido, todo vampiro tenia un poder sexual que iba hasta niveles incomprensibles por el hombre y que nadie aunque fuera el hombre mas potente en el mundo lograría superar contra un vampiro, y justamente ese movimiento de ella no hizo mas que poner mi libido al nivel máximo y con ese mis mas primarios y profundos deseos sexuales se pusieran a tomar control sobre todo y que cuando ella me comenzó a besar no hice mas que corresponder a ese beso mientras mi mano se mantenía sobre su seno, esto si que estaba mal, demasiado mal, pero no podía controlarme por ahora, pero esperaba lograrlo antes de que fuera muy tarde
Pero justamente cuando la posición era perfecta para que yo me mantuviera totalmente en lo que tanto deseaba y que era simplemente ayudarla a ella a que su cuerpo estuviera como debía y llevarla de nuevo a la Sala Común, pero sobre todo hacerlo sin que entre esas partes algo pasara entre nosotros, y seguramente lo hubiera logrado de no ser que ella estaba removiéndose entre mis brazos de una manera que sentí sus senos contra de mi tórax, esa simple sensación hacia que mi cuerpo comenzara a sentir sensaciones que yo no debería de sentir y también cosas que era preferible calmar, pues si se salía de el control de mi nada bueno podía pasar, yo seria un vampiro muy antiguo y que era capaz de vivir con los humanos de la manera mas sencilla por haber aprendido a controlar toda mi sed de sangre pero lo que me estaba ocurriendo despertaría la parte mas potente dentro de un vampiro y de solo pensarlo no me agradaba la idea – En efecto es la manera mas fácil para que su frió cuerpo entre en calor y por ende de esta manera su cuerpo entre en calor – Su siguiente comentario me dejo en claro bastantes cosas de por medio eso aparte de que justamente ella estaba moviéndose hasta que quedo una gran parte de su piel contra la mía y eso mismo era lo que obligaba a mi cuerpo a desear mas y a mi mente a mantener a mis instintos mas primitivos totalmente controlados por que si en algún momento no podía seguir controlando lo que hacia en ese momento todo iba a acabar y de una manera que no seria para nada buena
Nuestros ojos se estaban mirando de una manera que no me agradaba y además hasta yo mismo no sabia que era lo que estaba haciendo aun en esa posición con ella cuando lo mas coherente seria dejar de estar con ella de esa manera y alejarme ciertamente lo mas que pudiera yo hacerlo para evitar cualquier cosa de la que mas adelante me arrepintiera, pero mis manos tenían algo muy distinto que hacer, pues se habían cerrado en torno a sus glúteos y parecía que deseaban seguir con eso, aunque me imaginaba muy bien si fuera por mis manos y por mi cuerpo cual seria el destino final de todo esto, uno que seguramente mi ética de profesor y mi parte de tanto profesionalismo que yo tenia no iba a soportar y menos estaría de acuerdo con ella, además mi entrepierna estaba siendo afectada por todo lo que ocurría llegando a acrecentarse el tamaño de esta y formando entre mis ropas una muy clara y abultada parte que seguramente la dejaba a ella ver mas de lo que yo quisiera
Pero entonces todo tipo de intento de control termino desapareciendo en mi cuando ella tomo de mi mano y la llevo hasta uno de sus suaves senos, era algo que si fuera yo humano hubiera podido aun así soportar, pero no era un humano, era un vampiro y como una de las pocas o únicas cosas que se decía de los vampiros y era cierta era justamente la parte de su libido, todo vampiro tenia un poder sexual que iba hasta niveles incomprensibles por el hombre y que nadie aunque fuera el hombre mas potente en el mundo lograría superar contra un vampiro, y justamente ese movimiento de ella no hizo mas que poner mi libido al nivel máximo y con ese mis mas primarios y profundos deseos sexuales se pusieran a tomar control sobre todo y que cuando ella me comenzó a besar no hice mas que corresponder a ese beso mientras mi mano se mantenía sobre su seno, esto si que estaba mal, demasiado mal, pero no podía controlarme por ahora, pero esperaba lograrlo antes de que fuera muy tarde
Bernard Noir- Mensajes : 114
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Estaba segura que si seguía insistiendo por ese lado conseguiría mucho más que un abrazo, por eso me bastó la reacción que él tuvo a causa del contacto de nuestros pechos, claramente le había afectado y fue notorio en su entrepierna. -Me alegra que opinemos igual a ese respecto profesor -comenté, sabiendo que el si él seguía mi juego o al menos lo que yo quería, era muy posible que no pasara frío esa noche.
Observé sus ojos, veía en ellos la desconformidad de la situación, aunque si lo pensaba mejor, podía ver en ellos la lucha por lo que deseaba hacer y lo que era su deber, el deber era lo que yo deseaba que él olvidara.
Prácticamente no me reconocía a mi misma, no acostumbraba a tirarme así sobre nadie, mucho menos mentir en el proceso, pero el profe tenía algo que me estaba enloqueciendo y ahora mismo mi razón había marchado bastante lejos de mi misma, y solo podía pensar en el momento que estaba viviendo con él. Aún peor, solo podía concentrarme en el tacto de sus manos, grandes, fuertes y cálidas. Mordí mi labio excitada y deseosa de más, de mucho más. Cuando me moví de tal forma que sus manos quedaran sobre mis nalgas, aproveché a acariciar su pecho y me acerqué a sus labios, no quería perder el tiempo. Comencé con lentitud, un suave roce, esperando su reacción, suavemente me incliné más hacia sus labios probándolos, acariciándolos, besándole lentamente, casi al instante él me correspondió y yo aproveché a pasar mi mano por su cuerpo y dirigirla a su abultada entrepierna, allí sin perder el delicioso contacto, desprendí su pantalón, no iba dejar que él diera marcha atrás, no ahora que estaba correspondiéndome.
Una vez, pude sentir la tela de su bóxer en mi mano, acaricié su miembro mientras nuestras lenguas batallaban profundizando ese beso, que había comenzado como un simple contacto, pero que de a poco había dado paso a la pasión, a la lujuria. Poco a poco liberé el contacto de mi mano, para presionar lentamente sobre su hombro, para que cambiara su postura en la camilla, sin quitar mis labios de los suyos. Cuando el quedó con la espalda sobre el colchón, moví mi pierna sobre su cadera, separé mis labios de los suyos, quedando montada sobre él, con suavidad tomé el camisón de seda y encaje que me cubría escasamente y me lo quité, sonriéndole, y observando sus ojos, la posición que llevábamos ahora favorecía el contacto de nuestras partes íntimas, aunque la ropa aún estorbaba en medio yo estaba mojada y muy excitada, deseosa de que él me tomara.
Le di unos cuantos segundos para que me viera, nunca había sido vergonzosa y no me apenaba que el me viera en ropa interior, aún más no me molestaba en absoluto que me observara sin una prenda encima, llevaba puesto solamente mi brassier y mis diminutas bragas a juego, por encima del elástico de mi tanga, se veía el comienzo de un ala de un tono naranja rojizo, del único tatuaje que tenía en todo mi cuerpo, un fénix con sus patas amarradas por una cadena, un sitio bastante íntimo como para que alguien lo viera. Ese momento, no solo era para que él me observara sino que yo también estaba recorriéndole con la mirada, su piel pálida, tensa sobre sus músculos hacían que mis manos se deslizaran sobre su cuerpo, deseando conocer cada rincón, deseando identificar cada sutil movimiento o tensión. Instantes más tarde volví a inclinarme sobre él, en busca de sus labios, mientras intentaba retirar su camisa, quería tenerlo desnudo, quería tenerlo dentro de mi, en ese instante nada más me importaba.
Observé sus ojos, veía en ellos la desconformidad de la situación, aunque si lo pensaba mejor, podía ver en ellos la lucha por lo que deseaba hacer y lo que era su deber, el deber era lo que yo deseaba que él olvidara.
Prácticamente no me reconocía a mi misma, no acostumbraba a tirarme así sobre nadie, mucho menos mentir en el proceso, pero el profe tenía algo que me estaba enloqueciendo y ahora mismo mi razón había marchado bastante lejos de mi misma, y solo podía pensar en el momento que estaba viviendo con él. Aún peor, solo podía concentrarme en el tacto de sus manos, grandes, fuertes y cálidas. Mordí mi labio excitada y deseosa de más, de mucho más. Cuando me moví de tal forma que sus manos quedaran sobre mis nalgas, aproveché a acariciar su pecho y me acerqué a sus labios, no quería perder el tiempo. Comencé con lentitud, un suave roce, esperando su reacción, suavemente me incliné más hacia sus labios probándolos, acariciándolos, besándole lentamente, casi al instante él me correspondió y yo aproveché a pasar mi mano por su cuerpo y dirigirla a su abultada entrepierna, allí sin perder el delicioso contacto, desprendí su pantalón, no iba dejar que él diera marcha atrás, no ahora que estaba correspondiéndome.
Una vez, pude sentir la tela de su bóxer en mi mano, acaricié su miembro mientras nuestras lenguas batallaban profundizando ese beso, que había comenzado como un simple contacto, pero que de a poco había dado paso a la pasión, a la lujuria. Poco a poco liberé el contacto de mi mano, para presionar lentamente sobre su hombro, para que cambiara su postura en la camilla, sin quitar mis labios de los suyos. Cuando el quedó con la espalda sobre el colchón, moví mi pierna sobre su cadera, separé mis labios de los suyos, quedando montada sobre él, con suavidad tomé el camisón de seda y encaje que me cubría escasamente y me lo quité, sonriéndole, y observando sus ojos, la posición que llevábamos ahora favorecía el contacto de nuestras partes íntimas, aunque la ropa aún estorbaba en medio yo estaba mojada y muy excitada, deseosa de que él me tomara.
Le di unos cuantos segundos para que me viera, nunca había sido vergonzosa y no me apenaba que el me viera en ropa interior, aún más no me molestaba en absoluto que me observara sin una prenda encima, llevaba puesto solamente mi brassier y mis diminutas bragas a juego, por encima del elástico de mi tanga, se veía el comienzo de un ala de un tono naranja rojizo, del único tatuaje que tenía en todo mi cuerpo, un fénix con sus patas amarradas por una cadena, un sitio bastante íntimo como para que alguien lo viera. Ese momento, no solo era para que él me observara sino que yo también estaba recorriéndole con la mirada, su piel pálida, tensa sobre sus músculos hacían que mis manos se deslizaran sobre su cuerpo, deseando conocer cada rincón, deseando identificar cada sutil movimiento o tensión. Instantes más tarde volví a inclinarme sobre él, en busca de sus labios, mientras intentaba retirar su camisa, quería tenerlo desnudo, quería tenerlo dentro de mi, en ese instante nada más me importaba.
Elizabeth Bennet- Mensajes : 227
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Una parte de mi la mas cuerda y sobre todo la que era la mas profesional dentro de todo lo que estaba ocurriendo me decía que lo que debía de hacer en ese momento era levantarme de ahí, mirarla a ella de una manera despectiva y simplemente como acto final lo que debería yo de hacer era el bajarle puntos a ella por todo lo que estaba haciendo y por el simple hecho de que parecía que ella estaba fingiendo ante mi, pero aunque mi cerebro en su mejor punto eso deseaba hacer mi libido de vampiro me decía que no tenia que hacerle caso a mi lado profesional y lo que debía de hacer era demostrarle a esa mujer de todo lo que yo era capaz sexualmente hablando y si en acto final tenia que tener sexo intenso con ella eso no me importaba
No podía creer que esa mujer de mi propia casa estuviera haciendo las cosas de tal modo que mi parte sexual de vampiro estaba despertando y el acto que estaba ocurriendo evitaba totalmente que mi parte mas racional tomara el control absoluto de las cosas y si esto no pasaba en poco simplemente mi libido estaría al máximo y tomaría control total sobre de mi evitando completamente que yo me opusiera y eso seria simplemente que yo terminaría con ella de un modo muy candente
Sus labios y los míos se mantenían besándose entre si de una forma muy suave y muy lenta pero que daba el roce perfecto para hacerme sentir con el poco control sobre de mi como para poder continuar con lo que ella hacia, pero eso era nada en comparación de lo que siguió cuando ella me toco mi larga y abultada entrepierna con su mano eso si que estaba llegando a excitarme como ella no tenia ni idea
Con esa caricia sobre mi entrepierna simplemente mi parte racional y profesional se fue de vacaciones y mi parte sexual tomo control sobre de todo mi cuerpo hasta un punto que yo no le había demostrado a ella anteriormente, una de mis manos fue hasta su nuca tomándola con interés y un poco de fuerza pegando su cabeza hacia mi para darle un intenso y lujurioso beso en el que hasta nuestras lenguas se estaban saboreando entre si los siguientes momentos, seguramente esto debería de haber sido por varios minutos mas hasta que ella misma provoco que quedara sobre de el colchón y ella estaba sobre de mi ya sin el camisón puesto, eso hizo que yo tuviera una sonrisa bastante perversa en la cual yo la tome a ella de los hombros acercándola hacia mi ara susurrarle al oído – Muy mal señorita Bennet esto merece que le quitara todos los puntos que tiene su casa, pero no lo haré, la castigare de una forma mas placentera – la ayude a quitarme la camisa solamente quedándome los pantalones que entre todo el movimiento ya estaban cerca de mis muslos y mi bóxer que ese si me cubría como debía de ser mi entrepierna, entre la cercanía la bese a ella de nuevo la despojaban de su Brassiere dejándole los senos a la vista y específicamente listos para mi toque – Espero y no se arrepienta de lo que parece que era un gran plan de esta noche
No podía creer que esa mujer de mi propia casa estuviera haciendo las cosas de tal modo que mi parte sexual de vampiro estaba despertando y el acto que estaba ocurriendo evitaba totalmente que mi parte mas racional tomara el control absoluto de las cosas y si esto no pasaba en poco simplemente mi libido estaría al máximo y tomaría control total sobre de mi evitando completamente que yo me opusiera y eso seria simplemente que yo terminaría con ella de un modo muy candente
Sus labios y los míos se mantenían besándose entre si de una forma muy suave y muy lenta pero que daba el roce perfecto para hacerme sentir con el poco control sobre de mi como para poder continuar con lo que ella hacia, pero eso era nada en comparación de lo que siguió cuando ella me toco mi larga y abultada entrepierna con su mano eso si que estaba llegando a excitarme como ella no tenia ni idea
Con esa caricia sobre mi entrepierna simplemente mi parte racional y profesional se fue de vacaciones y mi parte sexual tomo control sobre de todo mi cuerpo hasta un punto que yo no le había demostrado a ella anteriormente, una de mis manos fue hasta su nuca tomándola con interés y un poco de fuerza pegando su cabeza hacia mi para darle un intenso y lujurioso beso en el que hasta nuestras lenguas se estaban saboreando entre si los siguientes momentos, seguramente esto debería de haber sido por varios minutos mas hasta que ella misma provoco que quedara sobre de el colchón y ella estaba sobre de mi ya sin el camisón puesto, eso hizo que yo tuviera una sonrisa bastante perversa en la cual yo la tome a ella de los hombros acercándola hacia mi ara susurrarle al oído – Muy mal señorita Bennet esto merece que le quitara todos los puntos que tiene su casa, pero no lo haré, la castigare de una forma mas placentera – la ayude a quitarme la camisa solamente quedándome los pantalones que entre todo el movimiento ya estaban cerca de mis muslos y mi bóxer que ese si me cubría como debía de ser mi entrepierna, entre la cercanía la bese a ella de nuevo la despojaban de su Brassiere dejándole los senos a la vista y específicamente listos para mi toque – Espero y no se arrepienta de lo que parece que era un gran plan de esta noche
Bernard Noir- Mensajes : 114
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Tantear la situación, exponiendo mis propias intenciones en el proceso, quizá no fuera la mejor idea, pero tenía mi ropa interior mojada, estaba claramente excitada, quería que él me poseyera ahí mismo.
Sabía que estaba tratando con un hombre de principios, pero era un hombre al fin de cuentas, y eso se notaba claramente en su abultada entrepierna, mis labios acariciaban con cuidado, con cautela los suyos, hasta que su mano exigente y poderosa, me llevó más hasta a él, intensificando el contacto, provocando que nuestras lenguas danzaran a la vez, con agilidad, con lujuria, con deseo y con pasión.
Ni bien le tuve recostado en la cama y yo sobre él, quité mi camisón dejando que él tuviera un considerable vistazo de mi cuerpo aun con la ropa interior puesta, pero con la esperanza de que no durara demasiado en mi. Accedí al movimiento que solicitaban sus manos y le devolví la sonrisa una vez acabó su susurro -Esperaba que usted me castigara, como buen profesor ha encontrado la forma más eficiente -devolví en un susurro, mientras aprovechaba acariciando su pecho, rozando con delicadeza cada uno de sus músculos tensos, bajo su cálida piel.
Mientras volvíamos a besarnos, sentí como desabrochaba mi brassier y le colaboré quitándomelo, dejando que viera mis pechos, completamente dispuestos para su toque, para sus atenciones. Entonces él volvió a hablarme, arrepentirme? Realmente dudaba que algunas vez me hubiera arrepentido de algo, estaba completamente segura de lo que quería -No hay nada de que arrepentirse -le sonreí provocativa mientras hacía mi recorrido de besos por su pecho, tenía una idea en mente y por supuesto la llevaría en practica si me daba la oportunidad.
Una vez el recorrido de besos llegó a la línea de su bóxer lo quité con extrema lentitud, lamí mis labios observando su rostro con algo de picardía, mientras tomaba su pene con una de mis manos alejando mi pelo de mi rostro con la otra y movía suavemente mi lengua por su rígido y largo miembro. -Espero no le moleste -susurré mirándolo mientras comenzaba lentamente a llevar su miembro a mi boca húmeda y cálida, deseosa de hacerlo disfrutar, de escucharlo gemir, quería que me recordara de entre todas sus estudiantes, aún más quería que cada vez que me mirara recordara este preciso momento. -Esta noche no va a olvidarla profe... -dije mitad como afirmación y mitad como promesa, mientras comenzaba a mover mi cabeza arriba y abajo, aquella situación era extremadamente morbosa, más con la utilización de la palabra "profe" en medio, aquello definitivamente estaba prohibido y solo convertía aquel encuentro en algo extremadamente atractivo para mi.
Sabía que estaba tratando con un hombre de principios, pero era un hombre al fin de cuentas, y eso se notaba claramente en su abultada entrepierna, mis labios acariciaban con cuidado, con cautela los suyos, hasta que su mano exigente y poderosa, me llevó más hasta a él, intensificando el contacto, provocando que nuestras lenguas danzaran a la vez, con agilidad, con lujuria, con deseo y con pasión.
Ni bien le tuve recostado en la cama y yo sobre él, quité mi camisón dejando que él tuviera un considerable vistazo de mi cuerpo aun con la ropa interior puesta, pero con la esperanza de que no durara demasiado en mi. Accedí al movimiento que solicitaban sus manos y le devolví la sonrisa una vez acabó su susurro -Esperaba que usted me castigara, como buen profesor ha encontrado la forma más eficiente -devolví en un susurro, mientras aprovechaba acariciando su pecho, rozando con delicadeza cada uno de sus músculos tensos, bajo su cálida piel.
Mientras volvíamos a besarnos, sentí como desabrochaba mi brassier y le colaboré quitándomelo, dejando que viera mis pechos, completamente dispuestos para su toque, para sus atenciones. Entonces él volvió a hablarme, arrepentirme? Realmente dudaba que algunas vez me hubiera arrepentido de algo, estaba completamente segura de lo que quería -No hay nada de que arrepentirse -le sonreí provocativa mientras hacía mi recorrido de besos por su pecho, tenía una idea en mente y por supuesto la llevaría en practica si me daba la oportunidad.
Una vez el recorrido de besos llegó a la línea de su bóxer lo quité con extrema lentitud, lamí mis labios observando su rostro con algo de picardía, mientras tomaba su pene con una de mis manos alejando mi pelo de mi rostro con la otra y movía suavemente mi lengua por su rígido y largo miembro. -Espero no le moleste -susurré mirándolo mientras comenzaba lentamente a llevar su miembro a mi boca húmeda y cálida, deseosa de hacerlo disfrutar, de escucharlo gemir, quería que me recordara de entre todas sus estudiantes, aún más quería que cada vez que me mirara recordara este preciso momento. -Esta noche no va a olvidarla profe... -dije mitad como afirmación y mitad como promesa, mientras comenzaba a mover mi cabeza arriba y abajo, aquella situación era extremadamente morbosa, más con la utilización de la palabra "profe" en medio, aquello definitivamente estaba prohibido y solo convertía aquel encuentro en algo extremadamente atractivo para mi.
Elizabeth Bennet- Mensajes : 227
Re: Pillada (Bernard) (+18)
Era algo completamente innegable que lo que estaba haciendo en ese preciso momento con aquella alumna de mi propia casa estaba totalmente mal, que era de el tipo de situaciones que alguien con principios y con responsabilidades como lo eran las de ser profesor dentro de un Colegio de magia tan importante como lo era el mismísimo Hogwarts, y por si eso fuera ya poco además de todo eso es que ella misma era una de las integrantes de la casa de la cual yo era justamente jefe, si me ponía a pensar las cosas bien no podía negar en lo mas mínimo que por donde se le viera esto estaba totalmente mal y si lo pensabas mas pues mas mal se veían las cosas
Estaba ahí recostado debajo de ella en aquella camilla y la tenia justamente sin el camisón puesto y dejándome por lo mismo admirar su perfecto y escultural cuerpo de una manera tal que era simplemente imposible de no quedarse perplejo ante ella, mas por que hasta la situación de que ella estuviera sobre de mi hacia que al estar sentada de cierta manera sobre mis piernas eso daba la impresión de que sus caderas mostraran hasta de cierto modo ser mas anchas de lo que eran pero eso le daba un toque que para mi era muy excitante y que sin duda fue una de las cosas que marco uno de os últimos pasos para que simplemente mis principios de profesor se fueran de la habitación dejando que el enorme libido vampirico que yo poseía fuera el único que se quedara ahí dispuesto a gozar de el cuerpo de esa deliciosa alumna – Después de que no veo que estés mal en lo mas mínimo tendrás que ser castigada intensamente – Mi voz había dado un cambio radical de esa voz tan grave y seria a una llena de toques seductores y hasta deseosos mientras sentía cada uno de los toques que ella le daba a mi esculpido pecho
Sus senos ya estaban totalmente a la vista de mis ojos sin que hubiera nada que los tapara y por esa misma razón yo podía admirar hasta el mas mínimo e insignificante punto de estés y hasta ver el tamaño y forma que tenían sus pezones que por cierto tenían una forma que los había verse tan apetecibles, seguramente deberían de tener un sabor delicioso y alucinante, aunque claramente eso o averiguaría mas tarde en su momento – Espero que así sea, por que esto es lo que parece que tu deseabas lograr y ahora no ahí marcha atrás – estaba ablando obviamente a que parecía que ella desde hacia tiempo deseaba que yo terminara en una noche tan candente con ella y que como era lógico en poco tiempo mas ella misma seria penetrada por mi, si eso deseaba eso es lo que tendría y ya no iba a poder echarse para atrás aunque ella así lo deseara, aunque dudaba
Mi sonrisa se hizo mas perversa cuando ella llego justamente hasta la línea de mi bóxer y después simplemente termino quitándomelo lentamente para dejar a la vista mi largo y grueso miembro al cual le faltaba poco para terminar en una erección total y absoluta – Claro que no me molesta, puedes hacerlo – por supuesto que no me molestaba la idea de lo que ella iba a hacer pues estaba completamente seguro de que esto seria algo delicioso y que terminaría con mi miembro erecto a su máximo tamaño y la verdad al sentir su boca como iba engullendo parte de mi miembro fue imposible no suspirar de placer de solamente sentir aquello – Ni tu la vas a olvidar alumna, por que lo que tienes en tu boquita terminara haciéndote delirar de placer – le dije de una manera lasciva mientras que mi mirada veía como ella subía y bajaba su cabeza saboreando cada vez mas de largo y duro miembro
Estaba ahí recostado debajo de ella en aquella camilla y la tenia justamente sin el camisón puesto y dejándome por lo mismo admirar su perfecto y escultural cuerpo de una manera tal que era simplemente imposible de no quedarse perplejo ante ella, mas por que hasta la situación de que ella estuviera sobre de mi hacia que al estar sentada de cierta manera sobre mis piernas eso daba la impresión de que sus caderas mostraran hasta de cierto modo ser mas anchas de lo que eran pero eso le daba un toque que para mi era muy excitante y que sin duda fue una de las cosas que marco uno de os últimos pasos para que simplemente mis principios de profesor se fueran de la habitación dejando que el enorme libido vampirico que yo poseía fuera el único que se quedara ahí dispuesto a gozar de el cuerpo de esa deliciosa alumna – Después de que no veo que estés mal en lo mas mínimo tendrás que ser castigada intensamente – Mi voz había dado un cambio radical de esa voz tan grave y seria a una llena de toques seductores y hasta deseosos mientras sentía cada uno de los toques que ella le daba a mi esculpido pecho
Sus senos ya estaban totalmente a la vista de mis ojos sin que hubiera nada que los tapara y por esa misma razón yo podía admirar hasta el mas mínimo e insignificante punto de estés y hasta ver el tamaño y forma que tenían sus pezones que por cierto tenían una forma que los había verse tan apetecibles, seguramente deberían de tener un sabor delicioso y alucinante, aunque claramente eso o averiguaría mas tarde en su momento – Espero que así sea, por que esto es lo que parece que tu deseabas lograr y ahora no ahí marcha atrás – estaba ablando obviamente a que parecía que ella desde hacia tiempo deseaba que yo terminara en una noche tan candente con ella y que como era lógico en poco tiempo mas ella misma seria penetrada por mi, si eso deseaba eso es lo que tendría y ya no iba a poder echarse para atrás aunque ella así lo deseara, aunque dudaba
Mi sonrisa se hizo mas perversa cuando ella llego justamente hasta la línea de mi bóxer y después simplemente termino quitándomelo lentamente para dejar a la vista mi largo y grueso miembro al cual le faltaba poco para terminar en una erección total y absoluta – Claro que no me molesta, puedes hacerlo – por supuesto que no me molestaba la idea de lo que ella iba a hacer pues estaba completamente seguro de que esto seria algo delicioso y que terminaría con mi miembro erecto a su máximo tamaño y la verdad al sentir su boca como iba engullendo parte de mi miembro fue imposible no suspirar de placer de solamente sentir aquello – Ni tu la vas a olvidar alumna, por que lo que tienes en tu boquita terminara haciéndote delirar de placer – le dije de una manera lasciva mientras que mi mirada veía como ella subía y bajaba su cabeza saboreando cada vez mas de largo y duro miembro
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