CLASE DE HISTORIA DE LA MAGIA- TODOS LOS ALUMNOS

:: Aquella era la primera clase que James Moriarty iba a impartir en Hogwarts. Él estaba haciendo un favor a Dumbledore y James no pudo negarse. Iba a sustituir al profesor Binns, el viejo fantasma. En su epoca de estudiante en Hogwarts, hace muchos años atras, James recordaba a Binns como a una tortuga anciana cuando apretaba los labios. Llevaba gafas, que eran pequeñas y gruesas. Tenía una aflautada voz seca. Al ser un fantasma, él era de color blanco o de color gris y flotaba a unos cuantos centímetros por encima del suelo. Ahora, el fantasma habia desaparecido sin dejar huella, sin decir nada y Dumbledore se puso en contacto con James para pedirle que lo sustituyera durante algun tiempo hasta que se dignara en aparecer o hasta que Dumbledore contrara a un nuevo profesor de historia de la magia.

James podia compaginar las clases de DCAO y Pociones con las de historia de la magia en Hogwarts. No podia quedarse alli de interino, tener una habitación en Hogwarts por sus obligaciones que tenia fuera, con la universidad y con otros asuntos mas importantes e personales.

Algunos alumnos de Gryffindor lo habian visto con miradas curiosas e incluso lo habian seguido para averiguar quien era él hasta que lo vieron entrar en la clase antes de que sonara la campana como comienzo del periodo lectivo por la tarde, esa clase que él tantas veces habia asistido, incluso estaría su pupitre.

James vestido con una costosa chaqueta de ante marron oscura, camisa y pantalones oscuros, casual pero elegante. En su mano llevaba un maletin de cuero negro. Se quitó las lentes de cristal anaranjado y las dejó sobre la mesa junto a su maletin, que lo abrió y sacó su antiguo libro de historia, las paginas estaban amarillentas y los bordes de las tapas desgastados. Oyó el sonido de la campana, pronto los estudiantes entrarian por aquella puerta. James se apoyó sobre la mesa mientras pasaba las hojas de aquel libro pensand en por donde iba a empezar con la leccion y que no sea tan tedioso.

Clase de historia, generalmente el profesor Binnis dictaba la clase para él mismo, era su rutina, él nunca se percataba de si los estudiantes estaban dentro o no, y muchos aprovechaban a saltearse la clase, él no enseñaba demasiado.

Yo personalmente asistía, en contra de mi propia voluntad, pero aún así me resultaba interesante todo lo que podía aprender de la magia , gracias a esa asignatura, había comenzado a entender la magia y el mundo en el que vivía desde hace siete años. Junté mis libros, tintero y pergaminos y comencé mi camino hacia el aula de historia.

Una vez llgué al aula, me percaté de que la puerta ya estaba abierta y como acostumbraba entré, deteniéndome casi de inmediato. Allí había un hombre, que por supuesto distaba mucho del profesor Binnis, claramente reconocible por su transparencia. -Buenas tardes! -saludé con bastante energía, observando el maletín y el libro que estaba observando- profesor...? -agregué, con una sonrisa, me acerqué hasta el escritorio y aunque no era muy habitual, le tendí mi mano a modo de saludo -Soy Elizabeth Bennet de Ravenclow, séptimo -dije sin dejar de mirarle los ojos, su tonalidad muy llamativa. Le sonreí y me dirigí a uno de los primeros pupitres, donde me puse cómoda esperando mis compañeros llegaran, sin quitarle los ojos de encima, ahora si valía la pena asistir a historia.

Historia de la magia, la única clase que se le daba excelente a Merida. Leía tanto sobre eso que ya en su cerebro tenia toda la información necesaria para ser toda una genio en esa clase. Ese día todo comenzó tranquilo, Merida extraordinariamente se había levantado temprano pues, cuando abrió los ojos, estaba en pleno amanecer. Merida se había quedado un rato contemplando la gama de colores de amarillo, naranja y rojo mientras que el Sol iba saliendo, les tomo un par de fotos y luego de aquello decidió empezar a acomodarse para asistir a clases. Luego de una ducha y de vestirse, se quedo mirándose un rato en el espejo, comprobando que todo estuviese bien "Que desastre" pensó Merida. Uniforme roto y cabello mojado, perfecto. Merida se recogió el cabello con intención de que luego no lo tuviese tan alborotado y enredado, tomo sus respectivos libros y salio de la habitación.

El camino hacia la clase de historia de la magia se le hizo extremadamente largo y agotador, había sonado hace pocos minutos la campana y todos los estudiantes corrían de lado a lado. Merida estaba más que estresada ya, más de una vez habían chocado con ella y le había hecho tirar los libros y ni siquiera se habían tomado las molestias de disculparse y ayudarla. Luego de un rato llego, no muchos estudiantes habían llegado. Frunció el sueño mientras se sentaba en los últimos asientos, pegada a la pared sin siquiera saludar o algo por el estilo. Merida desde su lugar, observo con atención a los pocos estudiantes que había, captando y analizando cada una de las cosas que estos hacían. Lo primero que vio fue a una Ravenclaw, lo sabia porque por obvias razones estaba en la misma casa que Merida y alguna vez tubo que haberla visto. La otra era una chica, castaña y de Hufflepuff, tranquila al parecer. Luego de ella observo al Gryffindor, otro igual. Después de el miro al profesor, nuevo. Ya veía Merida al montón de chisca buscándole para que "le ayuden con su tarea".