No es necesario esto... {Mikaela Dawson}

Me encontraba un poco mal por todo lo que me había pasado últimamente con la gente riéndose de mí por lo que inventaban algunos alumnos a cerca de mi persona o que se reían de las tonterías que hacía o me pasaban, cosa que ya cada vez soportaba menos así que decidí ponerme la túnica y salir a los jardines, por lo general a aquellas horas no había nadie o casi nadie por allí así que sería algo tranquilo...

Salí del gran Hall de la entrada para llegar directamente a los jardines y buscar algún que otro rincón donde sentarme y esperar que pasase el tiempo, tranquilo sin gente molestando y todas esas cosas que solían pasarme a mí, como por ejemplo que me atacase un conejo enrabietado, que no sería la primera vez que lo hacía...

Llegué a un rincón cerca de la puerta donde apenas se me podría ver desde fuera así que decidí quedarme allí, donde estaría cómo y podría pasar allí un largo rato sin tener que aguantar a ciertos alumnos con ansias de molestarme, me estaba enfadando ya todo aquello y algún que otro día acabaría haciendo alguna locura sin pensar en las consecuencias. Estando tumbado y ya algo relajado en el suelo escuché los pasos de alguien cerca de allí. -¿Tú también vienes a reírte de mí?- Dije sin si quiera mirar quién era...

Alcé una ceja cuando la escuché hablar, ¿Depende? Eso más que nada significaba que ella probablemente estaba ahí para meterse conmigo, y no me apetecía nada aguantar las bromas pesadas de alguien y menos las de una chica que a pesar de no conocerla muy bien era como yo la denominaría, una mala pécora... Algo así como, apariencia de chica buena o algo así pero llena de veneno.

Suspiré y me levanté ayudándome de mi propia mano apoyada en el suelo para incorporarme y la miré de abajo arriba. -¿Cómo qué depende?- Fruncí el ceño preguntando con un tono algo molesto, aquel día ya había soportado un número considerable de bromas e insultos por aquel absurdo rumor que había salido y no estaba para esas cosas.

No me gustaban un pelo esas bromas que consistían en venir como si nada para que la víctima se confiase para sufrir luego alguna broma pesada y esta vez no me pillarían desprevenido como otras.

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