Fiesta de blanco (Todos invitados)

A eso de las diez de la mañana, cuando debía de estar en clase pero estaba haciendo mis asuntos, osea dormir, Hawkeye entró por la ventana y se lanzó a buscar mismos o traducido, me arañó y golpeo con las alas haciéndome despertar, traía una carta del Ministerio, por lo que vi el contenido se notaba que había sido mandado masivamente sino ni me hubieran invitado, yo no estaba a la altura de Lord Voldemort, estaba mas por allá, yo había empezado un proyecto que iba a pasarse la Sociedad Mágica y la legalidad de esta por el forro de los mismísimos.

Me quedé dormido nada mas leer la carta, una fiesta-crucero en el Lago Negro, que sueño me había entrado de repente, sin embargo le dije a Hawkeye. -Cuando comience el atardecer -lo que correspondía a eso de las cuatro y media- avísame, te daré galletas de carne, esas que tanto te gustan. -y me dejé caer de nuevo sobre mi almohada. Cerré los ojos, mis pulsaciones se metieron en mi cabeza, pum pum...pum....pum......pum. Y cuando quise darme cuenta sentí un picotazo en la oreja que me hizo saltar de la cama y caer al suelo de espaldas. -¿Qu...? ¿Hawkeye? -pregunté antes de escuchar un aluléo. Me rasqué los ojos y los presioné con fuerza, si si...tus galletas era lo que quería ella asi que cogí unas cuantas de mi baúl y se las lancé por la ventana, que se esforzara por conseguir su comida.

Me acerque al baúl y seleccioné una camisa blanca, unos pantalones vaqueros del mismo color, que casualmente formaban parte del mismo pack y una corbata negra, porque yo jamas hacía lo que el ministerio decía, no totalmente asi que yo tenía mi símbolo distinguible y me desesperé, me desnude y rápidamente me vestí, hasta por el color diría que mis boxers eran del mismo color, no me fije demasiado y usé el truco que mas me había gustado de este curso y lo poco que llevaba en el.

-Anquilafors. -dije convirtiéndome en una águila y salí por la ventana, volando por el castillo y dirigiéndome hacia el lago, entonces allí una vez estaba en la zona libre del propio barco revertí la transformación y mis pies tocaron aquel suelo de madera. -Interesante. -dije observándolo todo, fui a un puesto de bebidas, y pedí un cóctel de frutas, sin alcohol, me gustaban mas las frutas por si mismas.

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Por lo general yo no era de asistir a fiestas porque tenían las dos cosas que mentalmente mas destrozos podían hacer en mi cuerpo, la multitud de personas, que por norma general son mas molestas, ruidosas y gritonas de lo que ellos mismos pudieran imaginar, y segundo, música, la música en sí no me molestaba pero sabía de todos los géneros que había y teniendo en cuenta que la mayoría de ellos destacaban por su gran sonoridad iban a destrozar mis oídos, y no porque lo hicieran mal, simplemente porque no soportaba el ruido, sin embargo meterme en la boca del lobo, pues algo organizado por el Ministerio de Magia era como básicamente decir que iba a mi arresto, sin embargo encontrarme entre cuatrocientos alumnos mas pues oye tendría su merito, sin embargo yo buscaba mas que mi diversión hablar con el primer ministro o mas bien recordarle que nadie, jamas debía de parar Rapture, ya me habian llegado amenazas desde el propio Ministerio y creo que me tocaba devolver la baza, si lo veía, porque probablemente no viniera.

No sabía quien había aquí sin embargo me dirigí a la barra pues tenía algo de sed, y quizás hambre me había pasado todo el día durmiendo pero oye, era magnifico el dormir y últimamente dormía mejor que de costumbre, y mas, que también era de agradecer. No solía tomar cosas con alcohol porque no me parecía nunca necesario, el alcohol mataba el sabor de las cosas una fruta sabía mejor por si misma que echándole cualquier otra cosa aunque entendía que las personas recurrieran a ese sistema si necesitaban desinhibirse de las cadenas que los oprimían, sin embargo yo no tenía cadenas, no tenía que recurrir a eso. Con la mano moví en círculos el vaso haciendo rozar el borde de este en la propia barra mientras miraba como su contenido se contoneaba suavemente, lo probé suavemente y dejé que el dulce sabor combinado con un poco de picor de la propia fruta envolviera mi garganta, sonreí suavemente, la bebida estaba mas buena de lo que esperaba, supongo que depositar mis esperanzas en el ministerio tenía ese peligro que todo fuera horrible.

Alguien se sentó junto a mi, en un principio mi mente estaba mas atento a aquel colorido liquido, que tenía una tonalidad rojiza que lo ignoré aunque esa voz se filtró por mi cabeza y llego a mi cerebro, me sonaba mas de lo que yo creía y cuando me habló entonces si ladee el rostro para fijarme en quien era, aunque reconocería su voz incluso bajo el agua. Mis ojos se movieron y oscilaron en su ropa, llevaba un vestido corto, blanco como la nieve y que resaltaba su pecho y su cintura ademas de que también tenía guantes del mismo color. Sonreí cuando comentó lo de la corbata. -Hoy era mi día sabático, pensaba tomármelo todo el día para dormir pero me llego esa carta. -dije encogiéndome de hombros. -En realidad espero que llegue el primer Ministro, querría tener una charla personal con el pero ambos sabemos que no vendrá. -me miré suavemente y luego volvo a mirarla a los ojos. -Habló la que convertirá el crucero en un ardiente infierno. -comenté sinceramente, estaba demasiado arrebatadora, como tocara a alguien probablemente lo quemara vivo.

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El silencio que reinaba el lugar, roto simplemente por algunas personas que habían en el lugar y quizás por mis propios sentimientos se había quebrado suavemente cuando hablaba con Mikaela sin embargo sabía que el gentío no se haría de esperar porque bueno, la masa es tonta y va a donde se le dice pero ir a donde se te dice y hacer ruido no iba especialmente conmigo y no me gustaba, sin embargo disfrutaría de la compañía de esta atractiva serpiente independientemente de si venía una bandana de hunos gritando con las hachas al aire y haciéndolas girar mientras queman una villa y matan a las mujeres y violan a los caballos y no, no me confundí.

Asentí a lo que dijo, tomando un poco de aquel combinado de frutas, descifré tres sabores, melocotón, arándano y manzana, pero había un cuarto que se me escapaba, trague con suavidad y apoye de nuevo el vaso en la mesa. -Sí, es improbable que ella venga, pero si lo hace tendré nuestro encuentro, le guste o no. -advertí a mi amiga guiñándole un ojo, en realidad eso no me hacía ir de broma, iba totalmente enserio pero podía jugar con ella. Me agite el cabello suavemente y me puse de espaldas al barman buscando entre la poca gente que había, aunque estaba llegando mucha y pronto. -Bueno, incluso en el ministerio tengo inversores, me gustaría que viniera Stoicus Arkarov pero no es de los que van a un crucero, el se hace su crucero cien veces mas grande y entonces tu vas a él sin que tenga que invitarte, pero si le veo te lo presento a la mínima que le encantes, que lo harías, te regalaría una mansión aun tengo que sacarle la suya. -dije con una sonrisa. -Pero con medio millón de galeones invertidos no puedo quejarme.

Miré a Mikaela a los ojos para después deslizar mi mirada por su cuerpo, estaba arrebatadora, demasiado para que si decía de jugar me contuviera pero esperaba que no se atreviera en publico, esperaba, y esperar con ella es difícil, es muy explosiva. -¿Vas sin acompañante o se han suicidado todos con tus negativas?

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Izaola