Repasando Herbología {Jane Bennet}

Me había despertado temprano aquella mañana ya que Trévor se había dedicado a brincar sobre mi cama desde las cinco de la madrugada, y como que no era muy fácil dormir cuando un bulto de color verde oscuro no para de saltar encima tuya y con su biscosidad pringando toda la cama... Al final guardé a Trévor en su jaula para que no se me escapase de nuevo como tantas veces había hecho y cambié las sábanas para no tener que dormir en una cama llena de "babas de sapo."

Intenté dormir pero una vez desvelado ya no podía conciliar el sueño así que me levanté, me puse una camisa, un pantalón y acompañados de un característico jersey que llevaba muchas veces porque si mi abuela se enteraba de que no lo llevaba se enfadaría y sinceramente prefería a los Mortífagos antes que a mi abuela enfadada. Me coloqué la túnica y tras tropezar y bajar rodando las escaleras hasta la Sala Común, que, gracias a Merlín no me había hecho mucho daño... Quisiera o no ya una vez te acostumbrabas a ser torpe los golpes no te dolían tanto. Bajé al Gran Comedor junto a los grandes madrugadores de Hogwarts, era la primera vez que me levantaba tan temprano.

Tras desayunar subí hasta el Séptimo Piso otra vez recordando que había quedado con Jane para ayudarla con la única asignatura que se me daba bien, la Herbología... Así que en lugar de ir a los invernaderos quedamos en la Sala de los Menesteres que nos proporcionaría lo que necesitásemos para la ocasión y pese a ser pronto todavía llegué hasta el muro en el que debía de aparecer la puerta por la que tendríamos acceso a la sala, pero como todavía no había llegado decidí quedarme fuera esperando por si al querer entrar mi imaginación me jugaba alguna mala pasada y al abrir la puerta me encontrase a un Trol o algo parecido, con la mala suerte que tenía...

La saludé tímidamente levantando la mano al verla acercarse, ninguno de los dos habíamos llegado tarde así que por lo menos podríamos estar el tiempo acordado ahí y como que no me quejaría de ayudar a alguien con la herbología... Aún encima que apenas nadie se interesaba por la única asignatura que se me daba bien, con que hubiera alguien interesado en aprender le ayudaría sin pensármelo dos veces. No pude evitar sonrojarme un poco cuando besó mi mejilla, no estaba acostumbrado a esas muestras de afecto y tampoco pude evitar ponerme algo nervioso. -Buenos días Jane...- Contesté todavía un poco nervioso y con mis mejillas de color rosado todavía, no me veía pero lo notaba...

Hice un gesto mientras ella abría la puerta invitándola a pasar y entré seguido de ella observando el interior de la sala. No se diferenciaba mucho a la sala de cómo era al imaginarla ella a la que había imaginado yo así que no me costaría encontrar las cosas y demás. Hice un pequeño repaso mental de lo que disponíamos en la sala y me senté en uno de los cojines estirando mi mano señalando al otro cojín invitándola a sentarse en el que tenía frente a mí.

Suspiré antes de hablar. -No es muy normal que alguien se interese por la herbología...- Comenté con cierto nerviosismo notable mirándola. -¿Con qué necesitas ayuda exactamente?- Pregunté buscando solucionar la duda que ella podría tener respecto a la única asignatura en la que realmente yo destacaba del resto...

La miré extrañado cuando me dijo el motivo por el que quería mi ayuda, en un principio lo de colaborar para ayudarla en pociones y demás cosas relacionadas con mejunjes y todo aquello que pudiera proporcionar por la savia de algunas plantas o sus hojas y esas cosas podría colaborar, pero al escuchar su propuesta algo dentro de mí me hizo dudar.

Suspiré cuando terminó de decirme sus propuestas. -No sé si debería...- Dije cambiando mi tono, algo más serio ahora. -Según tengo entenido esas pociones están prohibidas, ¿No? ¿Para qué quieres hacerlas? No quiero verme involucrado con romper las reglas, con la mala suerte que tengo nos pillarían y creo que ya me he metido en suficientes líos estos últimos años por simplemente llevarme bien con Harry Potter...- Contesté mientras me ponía nervioso.

Me levanté de aquel cojín cómo que había en el suelo. -Supongo que sabrás que no quiero meterme en líos, por lo general te ayudaría con cualquier duda, o con cualquier cosa que necesitases... Pero, ¿Eso?- Finalicé.