Clase I Encantamientos: Introducción

Dejé la Sala de Profesores con apenas unos cuantos minutos de anticipación para que comenzara aquella clase. Era la primera clase que yo daría en Hogwarts y justamente para mas horror de los alumnos esta comenzaba al amanecer, a las siete en punto para ser exactos un punto que el profesor Dumbledore había sido tan amable de concederme, mis clases eran en horarios que no amenazaban mi pequeño problema con el sol, por si la clase no era muy temprano lo era demasiado tarde, así es como yo lo había deseado.

Siete de la mañana en punto, Ala norte del segundo piso, y los alumnos comenzaban a entrar, pero sin duda por lo que notaba en sus caras no muchos estaban felices por tener que levantarse a esas horas de la mañana para conocer al que seria su nuevo Profesor de Encantamientos, espere hasta que el ultimo de esos alumnos entro y hasta que mi reloj de arena que se encontraba en mi mismo escritorio dejo caer la arena suficiente para que fueran algo así como las siete de la mañana con cinco minutos, fue hasta ese momento que estire mis brazos hacia la puerta y en un simple movimiento de mis dedos las puertas del Aula se cerrados de un fuerte portazo que se escucho por todo el lugar, inmediatamente las antorchas se encendieron por que casualmente por mi naturaleza todos los enormes ventanales estaban cerrados dando un aspecto oscuro y a la vez con una enorme aura mágica

- Antes que cualquier otra cosa quiero presentarme, mi nombre es Bernard Noir, y seré su nuevo Profesor de Encantamientos

Fueron mis siguientes palabras antes de que tomara entre mis dedos mi varita mágica e hiciera con ella un movimiento circular que hizo que apareciera en la pizarra en grande la palabra Encantamientos. Entonces voltee a ver a los alumnos esperando a que todos sacaran sus libros

- Comencemos con un par de Encantamientos muy importantes. Abran sus libros en la pagina 16

Soy el tipo de persona que aún a las siete de la mañana está fresca como una jodida lechuga. ¿Y por qué? Pues por que puedo. Porque soy Slytherin, pertenezco a una familia de sangre pura a la que por mucho odio que me merezca debo mantener el apellido en alto. De camino a la torre donde nos habían citado para la clase de Encantamientos me desvié al gran comedor y cogí unos panecillos huntados con mantequilla, dispuesta a ir comiendo durante todo el trayecto. Andaba bien erguida, con la cabeza alta y mi aspecto elegante de siempre. Mi pelo estaba en su sitio, la túnica estaba bien colocada... todo perfecto.

Saludé con un leve gesto de cabeza a algunos compañeros que conocía, pero no me detuve a charlar y seguí ascendiendo por las escaleras. Aquello parecía interminable, un peldaño tras otro. Al final alcancé el segundo piso y me dirigí con paso decidido al ala norte, donde se encontraba el aula de Encantamientos. Llegué la primera y entré sin mediar palabra, a esa hora de la mañana no me sentía especialmente de buen humor para entablar conversación. Terminé de comerme el último panecillo justo después de cruzar el umbral y busqué un asiento en tercera fila, lo suficientemente lejos de la primera y de la última línea de mesas al mismo tiempo.

–Buenos días, profesor. –Saludé inexpresiva, con mi rostro libre de emociones. Tuve tiempo de sobra para depositar el libro con suavidad sobre el pupitre y quedarme contemplándole. Las ventanas estaban cerradas y la estancia permanecía a oscuras, cosa que me resultaba molesta. Pero mirando al profesor algo en mi interior gritó alarma, aquel hombre era distinto a cuantos hubiese conocido. Sí, además de ser condenadamente sexy tenía algo más que me creaba desconfianza, pero en un primer momento no sabría decir qué era con seguridad. Cinco minutos después de mi llegada todos estábamos dentro y sentados. El profesor hizo que la puerta se cerrase mágicamente y, de forma simultánea, se encendieron antorchas por toda la clase. Fruncí el ceño.

“¿Por qué demonios necesita antorchas? Merlín, cualquier crío de cinco años sabe que es más sano recibir los rayos del sol por la mañana”, pensé fastidiada. “A no ser...” Me detuve ahí, porque no podía ser lo que estaba pensando. Me dije a mí misma que debía dejar mi mal humor a un lado y centrarme de una vez, de manera que eso hice. Me limité a pensar que el profesor Noir solo tenía complejo de Snape, ya que había hecho una entrada en escena muy triunfal, con portazo intimidante de por medio y todo. Pasé las páginas hasta encontrar la número dieciséis, miré por encima los encantamientos y sonreí casi con suficiencia porque yo ya sabía realizarlos. Luego levanté la cabeza y seguí observando al profesor, en espera de sus siguientes palabras.

Los alumnos comenzaron a entrar desde una alumna que aunque no hubiera llevado su uniforme tradicional que demostraba de que casa era a kilómetros se notaba que era una Slytherin, esto lo sabia por su manera de hablarme, esa actitud era clásica en ellos hasta la entrada de otra alumna que su me saludo de una forma mas gentil y que al parecer ella pertenecía a Gryffindor, desde mi primera vez en aquel castillo esas dos casas se habian peleado por ver cual de las dos era la mejor, una pelea que fue impulsada a mi parecer por los propios fundadores.

Respondí atentamente a los saludos de los alumnos que legaron a tiempo hasta la entrada de el que apenas y logro entrar en clase, su rostro era muy conocido en el mundo mágico, ese era Harry Potter , pero su llegada tarde no hacia que a nivel estudiantil fuera para mi una buena primera impresión

- Bien pero no perdamos mas el tiempo, los hechizos que ven en esta pagina serán solamente la base para otros mucho mas avanzados que les mostrare mas adelante

Les dice a los alumnos con una voz clara y seria capaz de escucharse por toda el aula, toma entre sus dedos su varita mientras se aleja del escritorio que estaba plantado en el aula y camina hacia donde se encontraban los alumnos que habían ido a clase

- Hechizos Invocadores, tienen una gran variedad de posibilidades, en el caso de invocar una especie de animal se requiere una mayor habilidad mágica para poder invocar un animal cada vez mas grande

Me quede mirando hacia los alumnos un momento y entonces señale a una de las alumnas, específicamente a la que pertenecía a Slytherin

- Sabe usted señorita como invocar y hacer aparecer al animal que representa a su casa. O mejor dicho para todos os presentes, saben como pueden aparecer cada quien el animal que reprenda a la casa a la cual pertenecen

Mis palabras habían salido de esa forma por que en el libro justamente venia la forma correcta de poder desaparecer una Serpiente invocada previamente, yo lo que les estaba preguntando primero era como invocar, deseaba saber antes si alguno de ellos tenia idea siquiera de lo que estaba yo hablando

Los alumnos fueron llegando, e igual que yo muchos habían llegado puntuales pero también hubieron algunos que se presentaron tarde, excusándose ante el profesor. O bien no se tomaban sus estudios en serio, o realmente las sábanas se les habían quedado pegadas. Yo por mi parte no podía evitar lanzar miradas ocasionales al profesor, algo en él me intrigaba profundamente y no sabía decir con seguridad de qué se trataba. Parecía demasiado joven y aún así experimentado. Estaba dirigiendo bien la clase, pero... no me sentía capaz de confiar. No confiaba en casi nadie a decir verdad, pero algún instinto básico me gritaba que en él menos que nadie.

Indicó que los hechizos de aquella página servirían de base para otros que veríamos más adelante y asentí pensativa, imaginando de qué iba la cosa. Todo estaba pareciendo demasiado fácil, esperaba que las cosas se pusieran más complicadas o el profesor Noir perdería el interés de sus alumnos. Sin embargo sospechaba que no sería así, la clase tenía pinta de ser entretenida. Le seguí con la mirada mientras se movía para coger su varita y situarse frente a toda la clase, estaba ciertamente intrigada y no me arrepentía en absoluto de haber madrugado.

Comenzó a hablar de los hechizos invocadores. Yo conocía unos cuantos, el básico para invocar objetos y unos cuantos para animales, aunque en realidad estos últimos no los usaba con mucha frecuencia, pero sin duda los conocía y no tenía mayor problema en realizarlos. Casi como si lo hubiese sabido de antemano, el profesor me miró y preguntó si sabría invocar el animal de mi casa. Una sonrisita satisfecha surcó mis labios brevemente y contesté, con voz impasible.
–En efecto, sé cómo se invoca el animal correspondiente a mi casa y puedo realizar el hechizo sin mayor dificultad. –Ni corta ni perezosa, saqué mi varita y conjuré un Serpensortia de forma no verbal, por lo que apenas si moví los labios. Sobre mi pupitre apareció una larga serpiente en color verde oscuro de cabeza triangular, tenía sus ojos fijos en mí y pude notar sus colmillos. Probablemente era venenosa. Acaricié su cuello durante unos segundos y me preparé para desvanecerla.

–Vipera Evanesca –Murmuré en un quedo susurro, pensando que un hechizo no verbal ya había sido alardear suficiente. Me limité a decirlo en voz baja ya que, contrariamente a la opinión popular, sabía bien que un hechizo no dependía de la intensidad de la voz ni sandeces del estilo; la intención, el pensamiento e incluso el movimiento de varita contaban más. La serpiente se desvaneció en una voluta de humo y tuve que contener un suspiro decepcionado, lamentaba profundamente que no nos permitiesen tener este tipo de preciosidades como mascotas dentro del castillo. Había visto algunas serpientes realmente hermosas en una tienda de mascotas mágicas, y tenía pensado conseguir una cuando me graduara de Hogwarts ese año. No pronuncié una palabra más, ciertamente sabía invocar algún animal más pero me lo reservaría para mí misma.

Una vieja costumbre mía era despertarme temprano por lo que en esta ocasión no sería diferente. Eran las siete de la mañana y hace más de una hora que ya había salido de la cama y me había duchado. Me encontraba sentado en el suelo junto a la puerta de la biblioteca que pronto abriría, quería devolver el libro de pociones que hace unos días había sacado y ya me tocaba devolverlo.

Sabía de antemano que tenía clases de encantamientos en la mañana y una de las cosas que más detestaba era llegar tarde por lo que pretendía dejar el libro para luego dirigirme al aula donde se llevaría a cabo la clase. Mis ojos se abrieron de par en par cuando miré el horario que tenía anotado en un pergamino: Clase de encantamientos 7am. No faltaba decir algo, estaba más que atrasado. De un salto me levanté del suelo y con el libro de pociones en mano comencé la carrera al salón de encantamientos mientras maldecía no haber notado que el horario de esta clase era extrañamente temprano.

Al llegar al salón las puertas estaban cerradas, tenía miedo de perder algo importante de la clase lo último que deseaba ahora era atrasarme y manchar mi record académico. Antes de abrir la puerta toqué dos veces para luego ingresar. Las ventanas del aula estaban completamente cerradas y las antorchas encendidas, mi rostro tomó una expresión de sorpresa, ¿me habría perdido de algo? ¿Por qué esta todo cerrado? Saludé al profesor con mi típica forma de hablar con los mayores, con respeto y elegancia – Buenos días profesor, disculpe la tardanza – realmente me avergonzaba tener que llegar tarde – no volverá a suceder.

Con la vista busqué uno de los primeros asientos, siempre me he sentado adelante pues me gusta estar en primera fila. Para mi suerte a pesar de haber llegado tarde encontré un lugar adecuado. De reojo miré en que página se encontraban al parecer era la dieciséis. No tenía la menor idea de lo que el profesor había dicho anteriormente o de lo que había estado sucediendo dentro del aula así que saque mi pergamino y la pluma para tomar cualquier apunte que sea necesario.

Me había dormido tarde nuevamente, debía de aprovechar una de esas noches de insomnio para colarme en uno de los laboratorios del profesor Snape y hacerme una buena cantidad de poción para dormir, esto ya estaba afectándome, el reloj marcaba las 7:15, no había forma de que llegara en hora. No podía dejar de pensar que iba a decir al profesor, me sentía la peor de todos los Rvenclow's, seguro que mis indiscreciones acababan haciendo perder puntos a mi casa, parecía que este era mi peor curso, no recordaba que años anteriores hubiera salido corriendo de mi casa por haberme quedado dormida. Por suerte la noche anterior había dejado mi uniforme y mi bolso listos a los pies de mi cama, mientras corría para llegar al salón de encantamientos ataba mi pelo como podía, ni siquiera había lavado mi rostro y sentía que me dormiría en cualquier momento.

Tomé aire tres o cuatro veces frente a la puerta, ante de que mis nudillos golpearan la gruesa madera me recosté en la pared para pensar, primera clase con mi Jefe de Casa y yo otra vez en infracción, tendría la peor imagen de mi y con razón, suspiré, y si no entraba? Tal vez sería mejor que entrar cuando la clase ya había empezado, pero que podía hacer? Lo mejor era dejar de perder el tiempo allí, me moví un tanto incómoda hasta la puerta y golpeé un par de veces abriéndola y asomando primero mi cabeza. Como era de suponerse la clase ya había comenzado hacía un buen rato y sentí mis mejillas enrojecer -Disculpe profesor, se me pegaron las sábanas, no escuché mi despertador -dije excusándome diciendo la verdad. Me senté en la primera fila aunque Jane me observaba desde su banca al fondo del salón, abrí mi libro de inmediato, por suerte mi respiración estaba controlándose y sentía que mis mejillas perdían calor al concentrarme en el texto, observé el libro del que estaba a mi lado, página dieciséis.

No sabía lo que había solicitado pero al ver a Hermione deduje lo que era y elevé mi mano esperando me diera la oportunidad, cuando me observó moví mi varita diciendo -Avis buteo -dije en un tono calmado, sabía por cursos anteriores que el hechizo Avis, conjuraba una bandada de aves, pero al combinarlo con la especie, solo creaba un animal y esta era una hermosa águila como la del escudo de mi casa, sonreí contenta de haberlo conseguido y dirigí mis ojos al profesor que estaba viendo como procedía. Moví nuevamente mi varita admirando el hermoso plumaje del águila mientras decía -Aquila Evanesca -viendo como desaparecía, ahora que ya había hecho el hechizo esperé por más instrucciones, percatándome que estaban todas las ventanas cerradas, eso llamó mi atención, lo más lógico que para que nos despertáramos estas estuvieran abiertas, el clima me invitaba a continuar durmiendo, pero el profesor de encantamientos siempre capturaba mi atención y me acomodé en mi sitio observándole.

Mi mirada se planto de un momento a otro directamente hasta la puerta justamente apenas había terminado de dar aquella explicación que comenzaba a dar los inicios de lo que iba a ser aquella clase que era la primera que yo tenia dentro de Hogwarts, pero tal parecía que haber comenzado la clase tan temprano había afectado completamente en la llegara de los alumnos a mi clase, pues en su gran mayoría todos comenzaron a llegar apenas había cerrado las puertas, no es que eso me agradara en lo mas mínimo, ni que dejara que eso sucediera sin que todos los que habían llegado tarde tuvieran una especie castigo a mi muy particular manera de arreglar ese tipo de situaciones por lo menos para que en un futuro aquello no volviera a suceder

Pero deje de pensar en ese tipo de cosas y mejor me base en lo que estaba haciendo la que era la única alumna de la casa de Slytherin, por lo menos lo fue durante unos momentos hasta que un integrante mas llego hasta la clase tarde como varios mas, pero me agrado esa manera tan elegante y respetuosa de dirigirse a mi, un punto muy a favor que yo tomada en cuenta en cualquier alumno era ese tipo de cuestiones. Además estaba muy atento a la manera en la cual era invocada aquella serpiente, pues aunque parecía por la actitud de aquella mujer que era alguien que sabia que hacia y podía ser que fuera una buena alumna, siempre había pequeños y mínimos detalles, pero no encontré nada que tuviera un problema que afectara o algo que ella no supiera, lo había hecho todo excepcionalmente bien – Una manera de invocar bastante bien desarrollada – fueron las únicas palabras que comente hacia aquella mujer mientras continuaba dando la clase y esperando a que los integrantes de el resto de las casas si es que eran capaces de invocar a el resto de los animales que representaban a todas las casas de Hogwarts

Fue entonces cuando mi mirada fue directamente hasta una alumna de la casa de Gryffindor y que su apariencia se me hacia conocida, pero no estaba totalmente seguro del por que seria, quizás mas adelante cuando supiera su nombre se despejaría esa duda que tenia con respecto a ella, pero de lo que no me cabía en lo mas mínimo alguna duda es que ella también parecía que ese primer nivel de hechizos de invocación de animales también lo había superado, eso lo supe cuando ese imponente y temerario león de gran melena apareció a media aula, hasta que ella misma lo desapareció – Muy buen desarrollo de la invocación, solamente ten cuidado en el movimiento de la varita – Le respondí a ella con toda la tranquilidad del mundo, además el único desperfecto que encontraba en su ejecución era algo rutinario que se encontraba siempre en alguien que no hacia este tipo de encantamientos

Fue entonces cuando mi mirada termino sobre la única representante de mi propia casa, y por lo mismo a la alumna que esperaba yo que me demostraba con creces esa inteligencia y habilidad digna de los Ravenclaw’s aunque de inicio no tenia ninguna buena impresión de ella al saber que había llegado tarde, y menos esa manera tan despreocupada diciendo que se había quedado dormida como si no le importara lo mas mínimo decir cosas así o llegar tarde a una clase, sin duda esto no me agradaba en nada y si esa era mi impresión y al ser la representante de mi propia casa sabia que era con quien yo seria mucho mas duro que con nadie por simple instinto propio – Funciona tu manera de haberlo invocado, aunque no es exactamente lo que deseaba – Respondí para ella de una forma seca y muy seria

Y finalmente voltee para hacia donde estaba una mujer rubia que parecía estar demasiado nerviosa y que era la única de Hufflepuff que estaba dentro de mi clase, el tejon, uno de los pocos animales normales que me agradaba poder realizar en muchas ocasiones. Pero ahora llegaba el turno de ver la ultima invocación, y aunque por la actitud de esa alumna me imagine que tendría ser ver algunas llamas de fuego por el lugar o algo por el estilo, nada de eso paso, lo único que ocurrió es que note un magnifico ejemplar de un tejon – Muy bien, al parecer todos lo han hecho dentro de todo bien, ahora intenten practicar sacando el mismo animal de sus casas pero en una versión mucho mas grande, hasta lo mas grande que les sea posible, antes de mostrarles el siguiente paso. y esta vez quiero ser a todos los que estan en esta aula practicandolo - esas fueron mis únicas instrucciones

Mis cejas se arquearon en señal de desaprobación al ver a tanta gente llegando tarde, incluso un Slytherin al que reconocí. Nott, iba un curso por debajo de mí. Mi demostración atrajo miradas, algunas sorprendidas, otras neutrales y otras con evidente repulsión hacia mi serpiente. Entendía que no les gustara dicho animal, incluso que les diese miedo, pero a mí siempre me habían resultado ejemplares fascinantes y misteriosos.
–Gracias. –Respondí escuetamente al profesor cuando elogió mis hechizos. Luego callé, dedicándome a observar las demostraciones de los demás.

Una estudiante de sexto de Gryffindor, Granger, invocó al león que representaba a su casa. Feroz y gallardo, con esa melena entre rojiza y dorada y los ojos relampagueantes, sin duda era una imagen imponente. Pero a veces, las cosas imponentes no siempre son las más peligrosas. Aún así no lo subestimé en ningún momento, cada animal podía ser muy de temer a su manera. Otra chica de séptimo de Ravenclaw, según creía de apellido Bennet invocó un águila de plumaje pardo. Me pareció preciosa y no pude evitar pensar en mi forma animaga, pero su procedimiento había sido distinto y eso no le hizo gracia al profesor. Entendí que él quería que lo hiciésemos según la variante del hechizo que Granger y yo habíamos realizado, mientras que ella utilizó un Avis. El resultado era el mismo, sin embargo.

La última fue una chica que se parecía en algunas cosas a la Ravenclaw, debían ser hermanas. Parecía nerviosa y algo perdida, por un momento pensé –de forma algo cruel- que la rubia Hufflepuff haría volar toda la clase de lo asustada que parecía. Luego resultó que le salió bien y apareció un tejón que estaba bastante aceptable, con lo que me sentí un tanto culpable por haberla subestimado tan a la ligera; las apariencias engañan la mayoría de las veces, y yo que lo sabía bien debería tenerlo en cuenta siempre. El profesor nos instó a seguir practicando para hacer nuestro animal lo más grande posible, algo que yo sabía que no tendría problema en realizar. Saqué la varita nuevamente.
–Serpensortia Maxima –Murmuré esta vez apuntando al suelo, la misma serpiente de color verde oscuro apareció pero muchísimo más grande, podía rodearme sin problemas y hacerse un ovillo en torno a mí. Sus ojos me siguieron con la mirada, atentos. Era jodidamente enorme, intimidaba, además su cuerpo se notaba más fuerte que el anterior y los colmillos tenían toda la pinta del mundo de ser ponzoñosos. Sonreí de forma algo perversa, pero al mismo tiempo con orgullo. Antes de mí Jane, la chica de Hufflepuff ya había conjurado su tejón pero mantenía los ojos cerrados con fuerza y una expresión tensa, como si no quisiera mirar: como si creyese que había hecho mal.
–Vamos Bennet, no es como si tu tejón fuese a explotar y llenarte de vísceras el uniforme. De momento parece bastante sano –Solté con ese humor tan mío, probablemente causando una imagen desagradable en la cabeza de muchos pero al menos no tenía mala intención.

Ginny llegó justo después de mí, sonrió angelicalmente al profesor y tras disculparse vino a sentarse junto a Hermione y a mí. –Ya lo veo ya –Le susurré a la pelirroja con una sonrisa divertida- ¿A ti también se te han pegado las sábanas? No sé qué ha sido de Ron, creo que se me ha perdido por el camino –Murmuré antes de volver a prestar atención al profesor.
Las ventanas estaban cerradas y el aula se iluminaba gracias a las antorchas distribuidas por las paredes. El profesor intimidaba y no pude evitar sentir curiosidad por saber qué habría sido de Flitwick, pero no pregunté.

El profesor Noir preguntó acerca de los hechizos invocadores de animales y quiso saber si alguien sabría llamar al animal que correspondía a su casa. Yo sabía cómo invocar un león, pero eso de ser el centro de atención en clase no me gustaba así que preferí callar, dejándole el protagonismo a Mione, que lo hizo de forma excelente. La primera fue una Slytherin de séptimo que no me agradaba mucho, primero por ser de la casa de las serpientes y segundo por la frialdad de su mirada y esa altivez que la acompañaba a todas partes. Luego Mione llamó al león de Gryffindor y le salió genial. Una Ravenclaw hizo aparecer un águila usando una variante del hechizo Avis, y otra Hufflepuff consiguió realizar su tejón exitosamente.

Más tarde se nos pidió que esta vez invocásemos todos al animal que correspondía a nuestra casa, pero debía ser del mayor tamaño posible. Hice una mueca y saqué mi varita, recordando cómo se hacía el encantamiento.
–Leosortia Maxima –Pronuncié el hechizo y ante mis ojos apareció un león enorme. Probablemente demasiado enorme, y además invocado en un lugar problemático porque al no tener espacio desplazó las mesas que tenía a su alrededor.
–Mierda –Acerté a decir visiblemente incómodo- Leosortia Evanesco. –El felino desapareció inmediatamente y procuré devolver las mesas a su lugar anterior, maldiciéndome internamente. Tampoco podía haber imaginado que iba a adquirir ese tamaño, pero prevenir no solía estar de más.

Mi mirada en ese momento era seria después de haber dicho que era lo que deseaba que los alumnos hicieran en ese momento, no faltaban muchas cosas que el esperaba que los alumnos hicieran antes de que aquella clase por decir Introductoria a lo que seria ese curso, pues esto solamente era una simple y sencilla clase para demostrar todo lo que pasaría en un futuro en las clases siguientes

Mi mirada pasaba hábilmente por cada uno de los estudiantes que se encontraban en ese momento en la clase esperando a analizar cada una de las formas en las cuales ellos ejecutarían lo que yo les había dicho, la primera en hacerlo fue aquella alumna de Hufflepuff de cabello rubio, que por cierto por su manera de tomar la varita y de reaccionar ante los hechizos me imaginaba que sin lugar a dudas ella debería de ser hija de muggles seguramente, pues alguien que fuera hija de un mago no podría actuar así, y aunque no parecía no estar tan mal con respecto a nivel mágico aun así estaba muy mal visto eso de hacer un hechizo como ese con los ojos cerrados

Tras eso note que la siguiente en realizar el hechizo fue justamente una de los dos alumnos de Slytherin que se encontraba dentro de el aula, el resultado como la anterior vez fue muy positivo pues la serpiente que ella invoco era muy parecida a la anterior pero en tamaños por mucho muy superiores, al parecer ambas habían hecho un buen desarrollo de las cosas aunque la de Hufflupuff no quisiera ni ver lo ocurrido

Acto seguido siguieron dos de los integrantes que había en el aula de Gryffindor, ambos tenían que hacer exactamente lo mismo y aunque pareciera que al final de todo uno se ayudaría a otro eso no era lo que yo iba a ver, lo que si iba a ver era exactamente la manera y desarrollo de todo el hechizo

La primera en hacerlo fue justamente la misma que había hecho el hechizo anteriormente y al igual que en esa ocasión este salio muy bien, aunque aun sentía un leve titubeo en su mano cuando tomaba la varita, posiblemente por que ella no acostumbraba a hacer este tipo de hechizos, pero no era nada de que preocuparse, después toco el turno a el otro estudiante que por su rostro sabia que ese era Harry Potter, el mismo hombre que durante años se habían dicho historias de el, y hasta ese momento yo sabría si era todo lo que ellos decían o eso era una total mentira. Su invocación había sido muy aceptable aunque quizás lo había hecho con demasiada fuerza y por eso hasta unas bancas habían sido movidas de su sitio, pero en general todos ellos estaban haciéndolo bien y solo con unos leves y mínimos problemas,

- Muy bien hecho de todos, solamente pongan mas atención en la forma de agarrar su varita y en el espacio claro esta

Dije haciendo un poco de referencia hacia los dos de Gryffindor pero sin que eso fuera algo dentro de todo muy importante, saco entonces su varita para enseñar algo mas, la ultima pequeña variante que verían en esa primera clase antes de que todos ellos tuvieran que ver cuales eran los interesantes Deberes

Moví mi varita de izquierda a derecha dando cuatro giros en sentido contrario a las agujas del reloj y finalmente di una especie de golpe con mi propia varita antes de decir con toda claridad

- Equussortia Geminus magnus

Cuando termine de decir aquellas palabras apareció frente a nosotros en el espacio que estaba al frente un par de enormes y colosales caballos de color negro azabache, dicho esto moví mi varita haciendo el hechizo mentar que los desapareció

- Así como he hecho esto pueden invocar cualquier animal desde para medio de transporte entre otras muchas cosas, bueno eso es lo ultimo de la clase, así que practiquen esto y cuando terminen tendrán sus deberes

Después de mi serpiente gigante le tocó el turno a Granger, que al igual que yo lo hizo bastante bien con su león. Parecía que nadie tenía mayor dificultad con aquellos hechizos, desaparecí a mis serpientes con un decidido movimiento de varita y me quedé observando el resto de invocaciones con aire impasible. Esperé que Nott, el otro Slytherin recién llegado, me diese una muestra de su potencial. No tuve oportunidad de verla, así que seguí a los demás atentamente. Resoplé por lo bajo cuando Potter movió algunos pupitres al invocar a su león, le había salido bastante grande y al no tener espacio pues las había movido. Oculté mi mirada burlona bajándola hacia el libro y fingiendo que leía.

Si aquél era el supuesto salvador del mundo mágico, la verdad es que estaba un poco verde para mi gusto. Pero claro, cada persona era distinta, tampoco tenía derecho a juzgar... un despiste lo podía tener cualquiera, y al fin y al cabo había hecho bien el hechizo. Simplemente me había esperado otra cosa. El profesor Noir reclamó nuestra atención, hizo unas breves correcciones y pasó a enseñar un nuevo hechizo. Mis ojos se posaron sobre el brazo que sostenía firmemente su varita y le observé, ávida por contemplar algo diferente. Atendí muy bien al movimiento, no tenía pensado perder detalle. Luego escuché las palabras y apunté algo en mi pergamino, dispuesta a analizar después. Los enormes caballos negros que hizo aparecer me fascinaron aunque no lo mostré, siempre había amado a aquellos animales de porte noble, orgulloso y temperamental.

Una vez los hizo desaparecer nos pidió que fuésemos practicando, así que yo empecé a pensar. Era como una mezcla de hechizos: la invocación del animal, encantamiento duplicador y finalmente para potenciar el tamaño. Miré mi varita unos instantes, sonreí con suficiencia y realicé el hechizo sin dudar un instante. Moví la varita de izquierda a derecha, giré cuatro veces en sentido contrario a las agujas del reloj y golpeé de forma contundente, como quien da un azote a alguien.
–Serpensortia Geminus Magnus –Pronuncié de inmediato pensando firmemente en lo que deseaba. A cada lado de mí apareció una gigantesca mamba negra y las miré, pensando en la capacidad del veneno de ambos animales con repentina inspiración. “Quizá si...” Mi sonrisa de suficiencia se borró como si nunca hubiese existido y mi cara adquirió una expresión fría. Tomé nota mentalmente para pasarme por la biblioteca después y con un giro de varita hice desaparecer a mis dos reptiles.

Escuchaba con atención al profesor, ni bien le escuché a los demás invocar a sus propios animales me di cuenta de mi diferencia y asumí que era lo que el profesor deseaba. Asentí con suavidad, dando a entender que si había comprendido y ante su segunda petición me lo quedé pensando por vario minutos.
No quería cometer errores, ya tenía suficiente, la verdad es que mi hermana me distrajo, ella usualmente evitaba mover su varita, no era el tipo de persona que se propusiera para hacer encantamientos o hechizos, pero esta vez se había arriesgado y aunque tenía sus ojos cerrados le había salido muy bien, sonreí contenta por ella, me alegraba mucho que se "arriesgara" y las cosas le salieran bien, aunque era cierto que más corríamos riesgo los que la rodeábamos que ella misma.

Ahora era cuestión de ampliar el tamaño de los animales y yo moví al igual que el resto mi varita diciendo ahora -Aquilasortia maximus! - observé con total atención y asentí a las palabras del profe, él tenía razón nos faltaba práctica y ocuparía alguna parte de la tarde antes de mi castigo para practicar, seguro Jane me acompañaría.

-Profesor! -dije elevando mi mano y esperando me diera la palabra para preguntar, cuando me otorgó el permiso de hablar dije- Usted disculpe, pero me surgió la duda -mi voz fue clara pero un tanto baja- es posible que e sustituya el "maximus" por un simple "engorgio"? -le observé con tranquilidad, me daba cuenta de la diferencia, pero el resultado me parecía el mismo, conjurar un animal enorme o conjurar uno normal y hacerlo crecer a mi modo de ver daban el mismo resultado, pero quería saber si en verdad era lo mismo.

Cuando él volvió a hablar mi atención estuvo aferrada por completo a sus movimientos, se veía la seguridad con que tomaba la varita, la perfecta ejecución del hechizo y el impresionante resultado, estuve tentada a aplaudir, pero me detuve mirando los hermosos caballos, tomé nota del hechizo y sonreí sin poder evitarlo con la llegada de Ronald Weasley, al menos yo no había llegado al final.
Debía armarme una lista de animales y practicar con ellos, moví mi varita teniendo cuidado en seguir el movimiento indicado por él, mientras decía -Aquilasortia Geminus Magnus! y dos águilas enormes aparecían a ambo lados, conforme con mi resultado, volví a practicar el hechizo y me tenté por copiar el del profesor, los caballos eran una de mis fascinaciones y apuntando al otro lado de la clase, para no interferir con los leones, tejones, serpientes y águilas, pronuncié con suavidad el hechizo y aunque no salieron dos caballos resplandecientes como los de Bernard, salieron... y me animé bastante, pues si salía a los jardines podría practicar con cualquier animal.

Inmediatamente después de mi invocación el profesor Noir empezó a explicar otra variante del hechizo que nunca antes había escuchado. Miré curiosamente los movimientos de varita y anoté todo en un pergamino, incluidas las palabras del hechizo. Seguramente Mione ya lo conocía, pero yo nunca lo había oído nombrar.
–Vaya, si hubiésemos conocido este hechizo el curso pasado no habríamos tenido que utilizar los Thestrals para ir al Ministerio –Murmuré a Ginny y Hermione al ver los dos enormes caballos que había hecho aparecer el profesor.

Repentinamente se abrió la puerta del aula y entró Ron con aspecto agitado, puse los ojos en blanco y le saludé con un gesto de la mano. Fue gracioso cuando se topó de frente con los caballos y se arrastró hacia atrás por el suelo, excusándose. Una vez los dos equinos desaparecieron vino a sentarse con nosotros y le miré, aguantando con valentía las ganas de reírme.
–¿Qué te ha pasado Ron? Pareces recién salido de una zona de guerra –Bromeé, aunque disimulando ligeramente la preocupación–. Anda, fíjate en el hechizo que nos ha mandado practicar el profesor Noir, no vaya a ser que te riña. Se supone que tenemos que invocar al animal que corresponde a nuestra casa –Le mostré mis apuntes y cogí la varita, dispuesto a realizarlo yo también. Antes había procurado levantarme y situarme en un lugar donde tuviese espacio, no quería que se repitiera la experiencia anterior.

Moví la varita de izquierda a derecha, giré cuatro veces en el sentido contrario a las agujas del reloj y di un golpe mientras pronunciaba las palabras.
–Leosortia Geminus Magnus –Pronuncié con claridad. Me sentí algo nervioso de repente, nunca antes había hecho tal hechizo y quizá mis movimientos de varita habían sido más rápidos y bruscos que los del profesor. Sin embargo salió bastante bien, dos leones altos y majestuosos aparecieron frente a mí. No eran tan grandes como el que había invocado anteriormente, pero probablemente la práctica mejoraría eso.
–Leosortia Evanesco –Murmuré apuntando a los leones, que desaparecieron sin dejar rastro.

Esta era la ultima parte de toda la clase y justamente cuando yo me encontraba en eso es cuando un nuevo alumno de Gryffindor entro dentro de e Aula de una manera que no era para nada la mejor de todas y aunque sabia muy bien quien era Peeves y hasta que punto era capaz aquel Poltergeist, o por esa razón iba a suavizar el castigo con aquel alumno pues aunque se había encontrado a Peeves de todos modos había llegado casi al final de la clase y por eso mismo no le había dado tiempo ni de demostrar una sola vez sus habilidad, por esa justa razón y sin pensármelo mas mientras miraba a aquel alumno mencione con suma tranquilidad viéndolo a el

- Cinco puntos menos para Gryffindor. Por llegar cuando la clase esta por terminar

Tras haber terminado con el tema de ese alumno mi mirada siguió completamente por toda el aula viendo las últimas ejecuciones que los alumnos hacían para otorgar los puntos que yo juzgara necesarios en base a la forma de ejecutar las invocaciones. Pasando mi mirada primeramente a la alumna de Slytherin que desde el inicio de la clase su forma de invocar había sido de las mejores y aunque tenía algún error mínimo eso no había evitado el buen desarrollo de las invocaciones

- Muy buen desarrollo señorita. Veinte puntos para Slytherin

Proseguí en mi camino encontrándome en este a los representantes de Gryffindor que eran cuatro de los cuales solamente a dos los había visto realizando los hechizos que yo había mencionado que debían de hacer en clase, una de mas alumnas no había hecho ninguno y el otro era a quien le había bajado cinco puntos. Primero observe la ejecución del llamado Harry Potter y después espere a que su compañera hiciera lo mismo (Hermione), pero al no hacerlo termine diciendo en voz alta en orden cuales eran los puntos que ellos se habían ganado en ese orden precisamente

- Dieciocho puntos y Quince puntos

El resto de los integrantes de esa casa no los había visto hacer ningún hechizo así como el alumno hombre de Slytherin por lo tanto en esa pequeña parte practica ellos no ganarían un solo punto, ya si querían aprender o ganar puntos eso lo harían en los deberes. Después me acerque a la única representante que tenia la casa de Hufflepuff y que aunque parecía no saber completamente lo que hacia de todos modos las invocaciones que intento fueron buenas

- Diez puntos para Hufflepuff

Fueron mis palabras antes de seguir mi camino hasta la última alumna, la que era específicamente la de mi propia casa, pero antes de hacer lo que pedía ella me hizo una pregunta

- Puedes hacer pero en primera tendrás que hacerlo en dos hechizos y no en uno y en segunda el “engorgio” eleva el tamaño en una porción solamente mientras que el maximus o maxima lo hará a su mayor tamaño

Fueron mis palabras dichas a modo de respuestas mientras esperaba la ultima invocación por parte de ella revisando con toda severidad en que forma lo hacia y finalmente cuando termino dije

- Quince puntos para Ravenclaw

Apenas termine de decir eso fui directamente al frente de la clase y moví mi varita velozmente de tal modo que todo lo que estaba en la pizarra desapareció apareciendo en su lugar los deberes

- Apunten los deberes y pueden irse

1.- En clase vimos distintos tipos de invocaciones todas derivadas de una misma forma. Mencióname en base a eso todas las formas que tienes para alterar el tamaño de dicha invocación (4 Puntos)

2.- Cada uno de ustedes invoco el animal de su propia cada, en base a eso ahora mencionen de que forma invocarían a distintas especies en base al animal que representa a su casa (4 Puntos)

3.- En que situación usarían lo aprendido en clase (2 Puntos)


A manera de práctica quiero que hagan todo lo que hicimos en clase con un animal distinto a todos los que vimos, se valorara imaginación, redacción y ejecución. Los puntos extra solamente se entregaran a un solo alumno



Nota: Se les recuerda a todos los que asistieron a clase que los deberes deben de ser enviados por MP y que tienen cinco días a partir de hoy para enviarlos